Avasalla
Marín
a la prensa
—Crónica—
Su equipo de futbol le metió 17 goles a un combinado de reporteros e integrantes de la Dirección de Prensa de la PGJ. Juan Carlos López Rojas tuvo en sus pies el gol de la honra, pero terminó por mandar a las nubes el balón tras cobrar un penalti
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Edmundo Velázquez
La oncena marinista vapuleó al equipo que conformaron reporteros y personal del área de la Dirección de Prensa de la Procuraduría General de Justicia. Nada más 17 tantos anotó el cuadro encabezado por el gobernador Mario Marín Torres. Los informadores ni siquiera pudieron meter el de la honra.
Vestido con la playera del Puebla de la Franja, en el minuto 20 del segundo tiempo el góber se hizo presente en la goleada con un tiro cruzado, al más puro estilo del anotador de La Franja, Álvaro “El Bola” González.
Para decepción de los reporteros, el capitán del equipo de la PGJ y jefe de prensa del procurador Rodolfo Igor Archundia, Juan Carlos López Rojas, le salió el jugador de la selección nacional que todos llevamos dentro y falló el penal que les hubiera evitado la humillación. El jefe de prensa quizá pensó que estaba en un juego de futbol americano, por lo abultado del marcador, pues su zapatazo se fue al cielo.
La casa de los Lobos de la Universidad Autónoma de Puebla (UAP) fue el escenario del desigual encuentro.
El sábado a las 11 y media de la mañana, el árbitro dio el pitazo inicial del partido, sin que el gobernador entrara en la alineación.
Fue hasta el minuto 15 que Marín acompañó al equipo, donde también jugaron sus hermanos Roberto, Enrique y René; además del director del Sistema Estatal DIF, Arturo Hernández Davy, a quien los tacos se le pusieron rebeldes y besó varias veces el césped. También alinearon en el equipo marinista, el columnista de deportes Pepe Hannan, su hermano Willy, y hasta el capitán Jorge Morgado de la Policía Auxiliar, quien de paso se llevó a varios de sus uniformados al puro estilo cachirul.
Damián Hernández, mano derecha del rector Enrique Agüera, le cerró la boca a varios que dudaban de su condición: metió tres tantos. El góber evitaba burlar a sus contrarios, jugó al puro toque. Sus compañeros lo procuraban, le ponían el balón, se la pasaban en corto, incluso se disculpaban si le daban la pelota muy fuerte.
Desde el principio, la escuadra marinista masacró a los reporteros —quienes estaban vestidos con la casaca pirata del equipo Barcelona—.
El primer tiempo cerró nueve tantos a cero.
El góber se dio un tiempo para el respiro y hasta su Gatorade le llevaron.
Del lado de la banca de los informadores hubo Fersan sabor piña y mucha desilusión de la porra compuesta por menos de ocho personas. Mejor ambiente había en la banca donde incluso empezaron a ensayar las olas.
Los cambios no se hicieron a esperar del lado de Prensa y PGJ. Hubo 18 cambios en total, e incluso pasaron por la portería tres arqueros que sufrieron del síndrome de la coladera.
Desfilaron por el césped el fotógrafo Omar Contreras de La Opinión; José Luis Moctezuma, de ACIR Puebla; Leoncio Rugerio, de Cinco Radio; Odilón Larios de La Opinión; Eduardo Olmos de Prensa PGJ; Agustín Hernández de USN; Raúl Chacón, de Prensa de la Policía Auxiliar; Leonardo Torija de Tv Azteca; Paulo Yólatl, de Intolerancia, Jorge Castillo de Puebla Online, entre otros.
Al acabar la masacre de los 90 minutos reglamentarios los reporteros quedaron calientes. Ni el de la honra se había conseguido. Tras el pitazo final, el gobernador se quedó a echar el taco con los reporteros. En una carpa a un costado de la cancha de Los Lobos se sirvieron las carnitas y se repartieron las cervezas.
—Va la revancha ¿no? —preguntaron los reporteros al mandatario.
—¿Qué, no les bastó? —les respondió Marín.
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