“Principito” Núñez, el astro que fulminó al Monterrey


Chelís dosificó al equipo y comenzaron los errores en la zaga poblana


Germán Reyes

 

El Puebla de la Franja mostró dos caras en el empate a dos ante el Monterrey que le permitió avanzar a la ronda de semifinales de la Liguilla por el campeonato del fútbol mexicano: un equipo ofensivo y contundente cuando tiene en el campo al hondureño Ramón Núñez, y una escuadra medrosa y tembleque sin él, expuesto al nerviosismo permanente del portero Villalpando. Un conjunto de luces y sombras que enfrentará el próximo miércoles a los Pumas de la UNAM, y el que brilla intensamente en las dos áreas la presencia del gigante uruguayo Alejandro Acosta, autor de dos tantos a balón parado en la serie ante los Rayados.


El “Principito” Núñez es un jugador que marca diferencia y es el corazón de un equipo que sin él, pierde vocación ofensiva, dinámica, velocidad y llegada. El dorsal 10 del equipo desequilibra, distribuye balones y es fundamental para que el equipo pueda desdoblar y tener salida como fue evidente en el partido, pues tras su salida se perdió todo aquello que sólo con Núñez en la cancha posee el Puebla.


Fue la salida de Ramón y de Orlando Rincón el movimiento que Chelís mandó al campo, recurriendo a su vicio por guardar el marcador cuando tiene la ventaja y con el que por cierto, volvió a la vida a Monterrey, pues Rayados se echó encima y asfixió a los camoteros, y fue gracias a la falta de tiempo y de contundencia que no consiguió el milagro.


Puebla sufrió los primeros minutos debido a los numerosos embates de la ofensiva regiomontana, pero por fortuna para los de Sánchez Solá apareció la única fórmula que puede dar tranquilidad ante una situación así: El gol.


Héroe en Puebla y en Monterrey, su nombre, Alejandro Acosta, aquel jugador que solamente unos meses atrás debutara en la cancha del Tecnológico y saliera expulsado en aquella fecha 1, tomó revancha y mató a los rayados con tan sólo 13 minutos de juego.


Pero hablar de dos héroes no sería justo para un equipo que como sello principal tiene el trabajo en conjunto.


Orlando Rincón puso el segundo tanto en los cartones tras un riflazo después de un balón que el “Principito” le dejó a modo.


Daniel Osorno desquició por segunda ocasión a los defensores norteños y no pudieron detenerlo más que a patadas.


Y si recordamos patadas, “Bola” González se llevó la mayoría, pero aguantó como los grandes. Cada vez que peleaba por controlar un balón, Baloy o Diego Martínez le tenían preparada una para llevar.


Fiel a su comportamiento, “Chelís” no paró de gritar y vivir con intensidad el partido. Cada vez que Monterrey se acercaba a la meta de Villalpando y pese a la ventaja, mostraba un gesto de preocupación que sostuvo hasta el minuto 94, cuando pudo respirar tranquilo con la semifinal en la bolsa.


El gol de Acosta fue la clave para que Puebla se parara con autoridad en el campo e invirtiera los papeles con Monterrey, mostrándose como el equipo de los jugadores de jerarquía y experiencia.


Rayados nunca pudo encontrar por donde causar daño al Puebla y cuando lo hizo fue demasiado tarde, una vez por la vía del disparo de larga distancia y posteriormente gracias al relajamiento de la zaga camotera en un tiro de esquina.


El Puebla no lució del mismo modo en que lo hizo el miércoles en su cancha, sin embargo, tuvo lo que rayados no en los momentos importantes: contundencia.


Tras la salida de Núñez y Rincón, el Puebla demostró que la vocación defensiva que ordenó Solá, no es su fuerte, pues se perdió totalmente en el campo y recurrió a mandar balones a cualquier parte fuera del área, por lo que terminó sufriendo metido totalmente en su área.


Muestra de unión y conjunto fue lo que puso en evidencia el Puebla en la cancha y en la tribuna, aunque fueron pocos sus seguidores y lástima que no fue así con los directivos Francisco Bernat y Ricardo Henaine, que ni siquiera fueron capaces de compartir un palco y uno de ellos (Henaine) terminó por unirse a la porra camotera. A pesar de que en los últimos minutos Monterrey se encimó a los poblanos, pareció que olvidó la clave para ganar un partido: anotar goles, pues aun teniendo claras oportunidades como la de Denigris sin portero y a dos metros de la línea de gol, estrelló el balón en el horizontal.


Los “Chelís’ Boys” culminaron su obra en el estadio Tecnológico de Monterrey dejando en claro que Puebla ha comenzado otro campeonato, pues ya no juega por un descenso, sino por algo que hace algunos meses sólo era un sueño pero hoy está muy cerca: un título.

 

Estadio: Tecnológico, Monterrey, México
Hora de inicio: 20:00
Árbitro: Roberto García Orozco

 

Estadísticas del Partido

 

Monterrey

Puebla

Disparos (al arco

9(4)

4(2)

Faltas 

19

19

Tiros de esquina

8

2

Fuera de juego

2

1

Tarjetas amarillas

2

5

Tarjetas rojas

0

0

Paradas

0

2

 

 

Marcador global

Puebla 5–3 Monterrey

 

Semifinales

Puebla-Pumas           

Pachuca-Indios

 

 

 

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