Villalpando mata el sueño poblano


Crónica





Fernando Zulbarán y Rojas

 

Los nervios del arquero Jorge Villalpando terminaron por aniquilar las aspiraciones de los Chelis’ Boys y un abarrotado estadio Cuauhtémoc, que incrédulos vieron cómo, en un error infantil, se le colaba el balón entre su frágiles manos un remate del “Pikolín” Palacios para aniquilar el cuento de hadas que vivían los “segundones”.


El equipo se le desinfló a José Luis Sánchez Solá, el cansancio, desgaste y nerviosismo terminaron por comerse las piernas de la oncena camotera para dejar el partido a merced de unos colmilludos felinos quienes sólo necesitaron dos llegadas para irse con ventaja a su casa.


El talón de Aquiles de los angelopolitanos volvió a rugir en el estadio de la colonia Maravillas y ahora los blanquiazules tendrán 90 minutos para hacer un milagro en Ciudad Universitaria —donde no ganan desde hace 10 años— y remontar el marcador por diferencia de dos goles.

 

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La noche no fue para la Franja ni para los Pumas, el protagonista fue el silbante Francisco Chacón, quien echó a perder una semifinal prometedora con sus polémicas decisiones, haciendo añicos el planteamiento del partido por parte de Sánchez Solá y sus auxiliares.


El negro optó por quitarle la capa de superhéroe a Alejandro Acosta y hundirlo como villano a pesar del reclamo de la afición y toda la banca poblana.


Chacón vio una agresión contra Dante Juárez y pintó de rojo al atlante poblano para así tronarle el partido a José Luis Sánchez Solá.


Conciente de su error, el polémico árbitro, trató de compensar en el segundo tiempo expulsando con doble cartón amarillo al lateral universitario, Efraín Juárez.


Ambas rojas no pueden compararse, a pesar del intento del silbante de equilibrar el juego, con el temprano abandono de Acosta, el equipo poblano se vino abajo, temerosos, frágiles y vulnerables se percibió a la oncena al saber que perdían a su talismán.

 

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Las cábalas se hicieron presentes entre el plantel camotero, pues Duilio Davino, Daniel Osorno, Felipe Ayala y Álvaro González estrenaron botines para este partido.


El único que lograba rescatar esta creencia era Davino, quien se revolvió en varias ocasiones para evitar la caída de su marco e inclusive voló cual portero para rehacer una mala salida de Villalpando y tapar el fogonazo de Dante Juárez que buscaba el ángulo derecho.


“Bola” González vuelve a pelearse con el gol, hoy no le salió nada, ni si quiera sus mismos compañeros lo escuchaban cuando pretendía ordenarlos e invitarlos a presionar la salida.


Primera jugada, le roba el balón a un zaguero universitario en una salida, queda franco ante Bernal y vuela su disparo, era el 2-0. Todo quedó en suspiros.


Segunda oportunidad, el “Principito” Núñez desborda por la banda, mete un centro a segundo poste y nuevamente el delantero uruguayo manda su disparo a las gradas, teniendo nuevamente a merced el marco felino.


Saltan los equipos al campo para la parte complementaria y el “Bola” decide cambiarse los botines, ahora por unos blancos, la suerte fue la misma, tuvo el 2-1 y estrelló el balón en el travesaño.


Inclusive Sánchez Solá, en la desesperación, trataba de que el abanderado le explicara porque la redonda no quiso entrar en la portería del veterano Sergio Bernal.


En sí, el goleador camotero sigue peleado con el gol, la afición pidió a gritos su salida, y el rendimiento físico no fue el deseado en este cotejo.

 

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Los “segundones” se fueron con todo desde el inicio, rindiendo frutos en el 17, cuando Acosta guardó la pelota en un tiro de esquina en las redes universitarias, nuevamente la jugada a balón parado fue la clave.


El “Pelón” festejó con sus compañeros y después fue a abrazar a su técnico que repitió la escena entre los franceses Blanc y Barthez, besándole la calva.


Parecía que el segundo caía, pero Chacón tronó el partido, los Pumas fueron serenos con un “Tuca” que a diferencia de Chelís nunca perdió los estribos, y así, con base en la experiencia y paciencia dieron la vuelta al marcador para irse a Ciudad Universitaria con un pie dentro de la final del Clausura 2009.

 

 

 

 

 

 

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