Camelia lo asesinó como si fuera una rata


Después de enterarse de su infidelidad


De lo único que se arrepiente es de “haberse ensuciado las manos con una porquería”


Daniel Hernández Cruz

 

María Camelia Sánchez Rodríguez, cegada por el despecho y los celos, asesinó a su pareja sentimental, Lenin Rojas Fuentes, tras enterarse que éste le era infiel y que ya tenía hasta planes para casarse con otra mujer, pese a que ella ya espera un hijo de él. Lo envenenó con raticida y con los seis meses de embarazo a cuestas alcanzó a enterrarlo en el jardín de la casa que ambos compartieron por tres meses en Tepeaca, ubicada en la calle 2 Oriente S/N.


Camelia fue detenida luego de que sus vecinos alertaron a la Policía por el olor a putrefacción que despedía el cuerpo del soldado, luego de diez días de haber sido asesinado y enterrado.


La mujer de 26 años, al ser presentada ante los medios de comunicación por la Policía Judicial, no mostró signos de arrepentimiento. Contuvo su llanto y dijo que lo único que lamentaba era que sus dos hijos —procreados con una pareja anterior— se habían quedado desamparados y que se había “ensuciado las manos con una porquería”.


Camelia reveló que fue el cinismo de su pareja para embarazarla y pedirle que se fueran a vivir juntos cuando él tenía una mujer con la que pensaba casarse, lo que la orilló a matarlo.


La mujer estaba llena de ira tras enterarse de los engaños de Lenin, sobre todo después de que estaban viviendo en unión libre desde noviembre pasado. Camelia no soportó enterarse que su amado tenía otra mujer y que al igual que a ella, le había ofrecido matrimonio.


María Camelia tomó la determinación de vengarse y cobrar la afrenta, por lo que comenzó a buscarlo.


Tras varios días de infructuosa búsqueda, finalmente se topó con él y lo convenció de hablar de su situación para arreglar sus problemas y seguramente hasta le ofreció perdonarle las golpizas que éste le propinó completamente alcoholizado en repetidas ocasiones.


Conociendo sus debilidades, emborrachó a Lenin y aprovechó la situación para darle el raticida en un café.


Pacientemente, Camelia esperó a que Lenin diera su último suspiro, después de verlo convulsionarse, de quejarse de severos dolores en el estómago y de vomitar sangre —según la sintomatología del envenenamiento— y lo arrastró hasta el patio de la vivienda en donde rascó una fosa y lo enterró.


La detención fue hecha por agentes de la Policía Judicial y quedó a disposición del Ministerio Público por el delito de homicidio bajo la averiguación previa 606/2009/TEPEACA.


Camelia confesó a los agentes de la Policía Judicial que ella había sido quien enterró el cuerpo, luego de haberlo envenenado.


Lenin abandonó a Camelia el 22 de febrero cuando le dijo que tenía que integrarse a la XXV Zona Militar en donde se desempeñaba como cabo de materiales de guerra y armas de guerra.


Dos días más tarde, el 24 de febrero, Camelia recibió una llamada telefónica de una amiga que le aseguró que Lenin ya tenía otra mujer y estaba planeando casarse, lo que desató los hechos.


Camelia conoció a su víctima en los primeros meses del año pasado, era la encargada de la tienda de su madre con lo que mantenía a sus dos hijos que procreó con su pareja anterior.


Transcurría el mes de agosto cuando se hicieron novios, meses después supieron que Camelia estaba esperando a su tercer hijo por lo que Lenin le pidió que se fueran a vivir juntos.


La familia del ahora occiso rechazó la unión, por lo que la madre de Camelia les prestó una vivienda en la que vivieron hasta febrero pasado, cuando Lenin se marchó para incorporarse a la XXV Zona Militar.

 

La acusada reveló que en varias ocasiones fue agredida físicamente por Lenin a causa de su adicción al alcohol, lo que en repetidas ocasiones le causó problemas.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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