Tema de seguridad, talón
de Aquiles del marinismo
En el 2009, existió presencia del narcotráfico en el estado
Una balacera por toda la zona limítrofe a plena luz del día, al perseguir a uno de los grandes capos, Arturo Beltrán Leyva, “El Jefe de Jefes”
Daniel Hernández Cruz
El quinto año del gobierno de Mario Marín Torres no dejó un saldo favorable a los poblanos en materia de seguridad pública, pues el 2009 estuvo marcado por los estragos que causó la presencia del crimen organizado que incluyeron lo nunca visto: una balacera por toda la zona limítrofe a plena luz del día al perseguir a uno de los grandes capos de las bandas de narcotraficantes del país, Arturo Beltrán Leyva, “El Jefe de Jefes”.
El 5 de enero el expolicía judicial (hoy ministerial) y presunto dueño de la “plaza”, Manuel Antele Velasco, escapó de un operativo conjunto entre el Ejército Mexicano y la Agencia Federal de Investigación que buscaba su detención. Al advertir la presencia de los uniformados el presunto líder de los “Zetas” en Puebla escapó por una ventana del domicilio ubicado en San Pablo Xochimehuacán, en donde vivía su familia.
Días después, el 13 de enero el operador de los “Zetas” en Tabasco fue detenido y trasladado a las oficinas de la Dirección de Investigación Especializada en Delincuencia Organizada (DIEDO) y, posteriormente, llevado a la Procuraduría General de la República. De acuerdo con el reporte de las autoridades llevaba varios meses escondido en Puebla.
Luego de varios meses de calma, el 12 de mayo en las inmediaciones de Cruz del Sur, elementos de la Policía Municipal encontraron una camioneta con un arsenal y credenciales de la Agencia Federal de Investigaciones (AFI).
Para el 15 de mayo en todo el país aparecieron narcomantas, Puebla no fue la excepción, cinco narcomantas del grupo armado conocido como La Familia Michoacana, tres de ellas en la zona metropolitana y dos más en el interior del estado: “Estamos conscientes de nuestros actos y estamos en desacuerdo en que involucren a nuestros padres hermanos y demás familiares en una regla mundial que ha existido en todos los tiempos y en donde la familia es intocable(…)” fue el mensaje de los narcos.
El 19 de junio un golpe de la delincuencia organizada conmociona a las autoridades, en la recta a Cholula un comando atacó con armas de grueso calibre a personal de capacitación de la Procuraduría General de Justicia que viajaba a bordo de un microbús de la dependencia, dejando en la refriega ocho heridos, siete fueron mujeres.
El 22 de junio las ejecuciones al estilo del narcotráfico se desatan durante ese mes, elementos de la Policía Metropolitana encontraron en el interior de un automóvil el cuerpo sin vida de un sujeto con el tiro de gracia y con un narcomensaje “Esto es para los chapulines, nosotros controlamos la plaza”.
Un día después el 23 de junio, de un balazo en la cabeza fue ejecutado el director de Industria de Cuautlancingo, Mario Pablo Daniel Hernández, cuyo cuerpo fue encontrado dentro de la cajuela de un automóvil Ford tipo Fiesta en el municipio de Juan C. Bonilla.
El 25 de junio nuevamente aparece un ejecutado, la Policía Federal reporta el cuerpo sin vida de un hombre hallado a las nueve con cuarenta minutos en un terreno adyacente a las laterales de la autopista México-Puebla —frente a la planta Volkswagen—. Al lugar llegaron peritos de la PGJ, quienes encontraron que el cadáver tenía un narcomensaje: “Ojo, esto me pasó por ponerlos, esto les va ha pasar a los dedos” (sic).
Luego de los acontecimientos, la Procuraduría General de Justicia la Secretaria de Seguridad Pública y la Secretaría de Gobernación aseguraron que se trata de una guerra en bandas de narcomenudistas y descartaban la operación de los cárteles de la droga.
En rueda de prensa ubican la zona de Cholula, Cuautlancingo, Momoxpan, Romero Vargas como una zona de conflicto.
El 29 de junio ante una eventual escalada de violencia entre narcomenudistas en la entidad, la Policía Federal envió a su comandancia regional desde el jueves pasado una de sus unidades más potentes: “La Bestia”, o “El Rinoceronte”, camión de 15 toneladas diseñado para resistir ataques de armas de grueso calibre y soportar impactos de granadas.
El 22 de agosto en Momoxpan, José Iván Granados Betts, quien aseguró ser miembro del cártel conocido como La Familia Michoacana y que, posteriormente, fue señalado como comandante de los “Zetas”, según versiones periodísticas fue detenido por elementos del Ejército Mexicano tras amenazar a los cuerpos policiacos del estado con hacer estallar una granada que tenía en la mano si no lo dejaban escapar.
El primero de septiembre autoridades del estado de Tabasco dieron a conocer que Oswaldo Vargas Lucero, alias “El Show”, quien murió en un enfrentamiento con policías de ese estado, pertenecía a la Policía Metropolitana del estado de Puebla, y era parte del grupo criminal denominado “Los Zetas”.
El 8 de septiembre en la colonia San Manuel la Unidad Táctico Operativo (UNITO) encabezado, el Ejercito Mexicano y la Procuraduría General de la República (PGR) detuvieron a Sergio Enrique Ruiz Tlapanco alias el “Z-44” o “El Tlapa” de origen poblano y exmilitar, quien fue de los primeros miembros de los “Zetas”.
El 11 de septiembre, un policía municipal de Atlixco fue asesinado y cinco más resultaron heridos durante un enfrentamiento con presuntos secuestradores que habían “levantado” a una persona en Atlixco.
El 15 de octubre, seis secuestradores fueron detenidos en el municipio de Tlacotepec de Juárez, uno de ellos un policía ministerial en activo, luego de que fueran descubiertos por elementos de la Dirección de Inteligencia Especializada en Delincuencia Organizada como los responsables del rapto de cuatro personas, entre ellas un sacerdote de Tehuacán. Al momento de su detención se les encontraron diez granadas de fragmentación, cuernos de chivo y rifles AR-15.
La madrugada del martes 28 de octubre un grupo armado acribilló a cuatro policías municipales con armas de alto poder, presumiblemente de asalto AR-15, y pistolas nueve milímetros, esto ocurrió luego de haber emboscado a los uniformados en el bulevar Atlixco, en el entronque con el bulevar del Hospital del Niño Poblano.
Para cerrar el año, el 10 de diciembre en los límites de la zona metropolitana se vivió una jornada de terror, luego de que la persecución de un convoy en el que días después se supo iba el jefe del cártel de los hermanos Beltrán Leyva, Arturo Beltrán “El Botas Blancas”.
Tras el enfrentamiento el procurador de Justicia, Rodolfo Igor Archundia Sierra, reconoce la presencia del crimen organizado en el estado aunque se niega a revelar el nombre de los cárteles que operan en el estado.
El 12 de diciembre en la autopista Puebla-Atlixco, metros antes de la caseta, un tráiler cargado con casi tres toneladas de marihuana fue asegurado por la Policía Federal, así como sus tres tripulantes.
El 18 de diciembre en la carretera federal Puebla–México, a la altura de Huejotzingo, fue encontrado el cuerpo de un hombre que fue ejecutado de un balazo en la cabeza y cuyo cuerpo fue tapado con cobijas.
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