Uruguay baja de la nube al Tri


Los charrúas rompen las esperanzas aztecas y doblegan al cuadro nacional


Fernando Zulbarán y Rojas


México sufrió su primer cubetazo de agua fría en Sudáfrica 2010 y con eso se murieron las ilusiones de millones de mexicanos que tuvimos que tragarnos la euforia del grito de gol y ver desairadamente el cronómetro que cada segundo que pasaba iba arrebatándonos las esperanzas de evitar al verdugo azteca: Argentina. Una perfecta marca de Fucile y Lugano, además de la combinación letal de Forlán, Cavani y Suárez, inyectaron una dosis letal.


La siempre esperanza verde se mantuvo en cada uno de los mexicanos que creíamos ver una selección que despertaba; sin embargo, al técnico nacional Javier Aguirre parece no convencerle lo que millones de ojos han visto, saliendo con una delantera demasiado lenta y regalando espacios, cosa que no se hizo frente a Sudáfrica y Francia. Sin razón alguna dejó nuevamente en el banquillo al “Chicharito” Hernández y a Pablo Barrera, y mantuvo por 90 minutos a un Guillermo Franco que poco pudo hacer ante una muralla charrúa comandada por Diego Lugano, para después mandar a la congeladora, después de la primera mitad, al mejor hombre en el campo del tricolor: Andrés Guardado.


Una destacada actuación de Óscar Pérez y de Hugo Lloris dieron al Tri su pase a octavos de final, que parecía complicarse durante los primeros 45 minutos, cuando Sudáfrica demolía a la selección francesa, que se caía a pedazos, dejando a merced su marco para que los anfitriones les propinaran una goliza. México no veía cómo ni por dónde, hasta el travesaño jugó a favor de los uruguayos para negarle un golazo a Guardado; mucho tiempo después, en la cabeza del tan alabado “Maza” Rodríguez, estuvo el empate, pero cerró los ojos y chorreó su remate por un costado del arquero Muslera que, aliviado, sólo vio cómo el balón se alejaba de su portería y agradecía que Rodríguez rematara como lo hacía en Guadalajara.


El “Vasco” Aguirre prefirió seguirle dando juego al naturalizado Franco, quien jamás pudo acoplarse en el terreno de juego y fue borrado totalmente por el central Lugano. El partido tuvo pocos destellos; la lectura de juego que hizo el estratega charrúa propició que México sufriera desde la salida y el juego se ensuciara. No obstante, fiel al estilo sudamericano ‑en una jugada relámpago‑, Luis Suárez remató un centro atinado de Maximiliano Pereira a escasos segundos de que terminara la primera mitad para asegurar la primera plaza del Grupo A y así saltar a sus vecinos en la segunda fase de la Copa del Mundo.


Para la segunda mitad, Aguirre mandó al campo a Barrera y dejó sentado al mejor hombre verde del campo: Andrés Guardado. Barrera de inmediato se hizo sentir en el terreno de juego y comenzó a ser un dolor de cabeza para la zaga uruguaya. A pesar de esto México no veía por dónde, pues Franco jamás pudo darle claridad al ataque creado por el jugador universitario.


Más tarde vino otro Puma al césped, Israel Castro, quien junto con Torrado comenzaron a destruir el juego charrúa para que México se hiciera del balón. Para esto, ya también Javier Hernández estaba en el campo, pero la llegada más clara se dio con Francisco Rodríguez, quien remató solo frente al marco después de una magnífica jugada de Barrera que culminó poniéndole el balón en la frente al tapatío, pero para mala fortuna de todos el jugador del PSV Eindhoven remató desviado del marco de Uruguay.


En la banca el “Bofo” Bautista hacía su labor en la Copa del Mundo, divulgando el marcador del otro encuentro, haciendo señas a todos sus compañeros, con lo que la tranquilidad volvió a la banca, pero la cara de preocupación y angustia seguirá presente hasta el domingo, cuando todas nuestras ilusiones, rezos y atención estarán depositadas esperando que Javier Aguirre por fin haga algo y ponga una selección que pueda combatirle de tú a tú a los argentinos. 

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