Plaza de Puebla puede ser disputada por cárteles: Carrillo
Fundador y exdirector del Cisen criticó la estrategia de la guerra contra el narcotráfico
Señaló que debe haber apoyos para evitar que los campesinos sean seducidos para sembrar droga, pues se ven tentados por ser un negocio mucho más redituable
Daniel Hernández Cruz
Jorge Carrillo Olea, fundador y exdirector del Centro de Investigación y Seguridad Nacional (Cisen) y exgobernador de Morelos, señaló que en estados como Puebla las autoridades deben estar alerta, pues si son utilizados como lugares de descanso pueden terminar como “territorios en disputa”, tal y como pasó con Morelos.
Durante una conferencia en la Universidad Iberoamericana criticó la estrategia de la “guerra” contra el narcotráfico, impulsada por el gobierno de Felipe Calderón, pues aseguró que los hechos delictivos son algo que se pueden controlar, pero no eliminar.
En este contexto, Carrillo Olea dijo que la decisión de Felipe Calderón de declararle la guerra al narcotráfico, a 40 días de haber asumido el poder, tuvo como propósito demostrar que tenía el control de las fuerzas del Estado ante un triunfo electoral cuestionado.
Señaló que el presidente de la República fue mal asesorado, pues le vendieron la idea de que la guerra contra el narcotráfico la ganaría en dos años, pero no tomó en cuenta a expertos en el tema: “No midió las potencialidades de sus instituciones, en sus debilidades y tampoco la fuerza de los grupos de narcotraficantes”.
Agregó que otro error grave no sólo fue el de no consultar a ningún sector, sino que los integrantes de su gabinete no cuestionaron el proyecto para enfrentar a los grupos delictivos y peor aún, no tenía un plan.
Asimismo, Carrillo Olea dijo que es una falacia que se pueda eliminar de raíz la producción, distribución y consumo de las drogas, pero “se puede controlar con un programa integral”. Además, el tema de las drogas “dejó de ser un problema de salud para convertirse en un problema delincuencial”.
Propuso que el programa integral contenga medidas de prevención de adiciones, así como de rehabilitación, cosa que actualmente no existe, por lo que el país pasó de ser un lugar de paso a un lugar de consumo.
El exdirector del Cisen señaló que debe haber apoyos en el campo para evitar que los productores sean seducidos por lo narcotraficantes para sembrar enervantes, por ser un negocio mucho más redituable.
Consecuencias
Carrillo Olea afirmó que el dominio del narcotráfico y su poder de corrupción generan altos índices de impunidad, lo que trae como consecuencia la proliferación de bandas dedicadas al secuestro.
Dijo que el secuestro no es parte de las actividades de un narcotraficante, pues su negocio les deja ganancias de entre 20 y 40 millones de dólares anuales, pero el manto de protección e impunidad que genera permite a otros incursionar en ese delito.
Esta situación permite la creación de lo que él llama “crimenmenudistas”, que no es otra cosa que delincuentes que aprovechan la decadencia del país para cometer cualquier tipo de delitos sin que sean detenidos.
El otrora gobernador del estado de Morelos señaló que en Cuernavaca se vivía una situación similar a la que vive Puebla, en la que los narcotraficantes la ocupaban como una ciudad de descanso.
Sin embargo, al permitir su permanencia para descansar, la situación se salió de control: “Eso pasaba en Cuernavaca: no pasaba nada, era un lugar descanso, tenían cinco, seis casas. Brincaban cada vez que llegaba (a detenerlos) y miren lo que pasó”.
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