Tras megafarsa de Ardelio, en la 46 todo sigue igual


Siguen operando “los rapiditos”, sujetos dedicados a ofrecer y vender mercancía robada a los clientes que asisten a la zona


Vecinos del lugar reportaron bodegas en donde se guarda mercancía ilegal, las cuales no están sobre la 46 Poniente, sino en calles aledañas que parecen domicilios particulares o negocios de autopartes vacíos, e incluso algunas son frecuentadas por personal policiaco


Daniel Hernández Cruz


A un mes del mega-operativo en la 46 Poniente, todo funciona exactamente igual que antes de las “acciones de inteligencia” de las corporaciones policiacas. “Los rapiditos” siguen operando, compran y venden autopartes robadas a plena luz del día y en la vía pública. Los refaccionarios establecidos a quienes les decomisaron mercancía legal la recuperaron y la vendieron después de engorrosos trámites, lo que evidencia la falta de planeación y estrategia que llevó al megafracaso del operativo que encabezó el secretario de Seguridad Pública, Ardelio Vargas Fosado.


En diversos recorridos y pruebas hechas por CAMBIO se detectó a los vendedores de autopartes robadas. A bordo de bicicletas se paran en cruces como el de La China Poblana, la 11 Norte y 42 Poniente y la diagonal Defensores de la República.


Cuando la luz roja se enciende ofrecen todo tipo de refacciones, las cuales llevan hasta esos puntos; no se acercan a un negocio establecido, no entregan facturas ni garantías de los productos.


Lunas, tapones, llantas, son vendidos por “Los rapiditos” -como se le conoce a la banda dedicada al robo y venta de autopartes-, sin que alguna autoridad estatal o municipal les ponga un alto: “Te lo pongo así de fácil, nadie te vende lunas usadas que sean legales, no hay, puedes preguntar a cualquier refaccionario, en ningún lugar encuentras lunas legales usadas. Es muy fácil detectarlo, el problema es que la autoridad no quiere verlo”.


Los comerciantes de la zona aseguran que entre ellos saben quiénes son los que se dedican a actividades ilícitas, pero nadie dice nada por temor, pues se trata de grandes mafias, aparte de que desconfían de las autoridades: “Yo no me voy a arriesgar a andar señalando, porque no vayan a venir por ellos y se vayan a enterar que fui yo quien les informó. Se van los peces gordos, pero los demás ahí siguen, nada cambia”, señaló un comerciante de la zona que pidió el anonimato.


Durante la elaboración de este reportaje, varias personas se acercaron a pedir una investigación, pero evitaron dar su testimonio por temor a represalias.


-¿Por qué no investigan lo que realmente pasa? -preguntó una comerciante de la 46.


-A eso venimos, ¿usted qué sabe?, puede decirlo de manera anónima por teléfono o en otro lugar -respondió el reportero.


-No, sólo nosotros sabemos lo que vivimos, pero nadie se va arriesgar -respondió y de inmediato se fue volteando a todos lados.


Ciudadanos señalaron que el robo de autopartes continúa, y que en varias ocasiones sus refacciones han ido a parar a ese lugar, pero reconocen que no han presentado su denuncia.


Vecinos del lugar reportaron bodegas en donde se guarda mercancía ilegal, las cuales no están sobre la 46 Poniente, donde trabaja la gente que tiene sus facturas y mercancía legal, sino en lugares aledaños que parecen domicilios particulares o negocios de autopartes vacíos; incluso algunas son frecuentadas por personal policiaco.


En las bodegas que pasaron de largo los “servicios de inteligencia” de la Secretaría de Seguridad Pública se encuentran todo tipo de refacciones robadas, incluso, a los mismos habitantes de la colonia.


Y es que vecinos de la colonia San Felipe Hueyotlipan, Santa María y La Loma se quejan de los constantes robos.


Explicaron que el modo de operar es similar: sujetos a bordo de un vehículo recorren las calles, ubican algo para robar y posteriormente regresan, uno afloja las partes con herramienta y otro las desmonta.


En varios inmuebles aledaños a la 46 hay sujetos que no tienen otra actividad que vigilar movimientos extraños de cualquier persona, pero ningún elemento policiaco se ha dado cuenta de estas actividades, a pesar de la supuesta presencia que habría hasta que fuera necesario, como lo aseguró Vargas Fosado.

El mega-operativo


Como se recordará, el 9 de marzo pasado elementos de la Procuraduría General de la República (PGR), Agencia Federal de Investigación (AFI), Policía Estatal, Policía Ministerial y Secretaría de Seguridad Pública y Protección Civil del municipio de Puebla, además del Área de Verificación de Comercio de la Secretaría de Finanzas, con el apoyo del Ejército Mexicano, llegaron por sorpresa a la calle 46 Poniente y decomisaron 53 toneladas de mercancía supuestamente robada y 53 personas presentadas ante el Ministerio Público.


Ese mismo día los presentados fueron liberados y la mercancía fue devuelta. Así, todo regresó a la normalidad: los refaccionarios legales pudieron continuar con su actividad y los delincuentes operar con toda impunidad.


Tras el operativo las autoridades señalaron que habría regularización y los comerciantes aseguraron que cumplirían con los reglamentos, situación que tampoco fue cierta.


Algunos locatarios siguen desarmando vehículos en vía pública, sacan su mercancía de los locales y utilizan la banqueta como espacios de venta, obstruyendo el paso peatonal.

La 46 no sólo es delincuencia


En entrevista, Moisés Ortiz Bracho, líder de refaccionarios de la Organización de Refaccionarios de la 46 “La Zona”, señaló que ellos continúan con su trabajo tras demostrarle al gobierno del estado que sus negocios son legales, pues durante los cateos no encontraron actividades ilícitas en los negocios ni a sus agremiados.


Agregó que es obligación de las autoridades detener a quien compre o venda mercancía robada: “Eso lo aplaudo, si encuentran a uno haciendo eso que se lo lleven, pero que vayan sobre ese brothercito, no contra los que importan su mercancía de forma legal”.


Explicó que la mayoría de los locatarios son importadores de mercancía a gran escala, lo que les permite dar precios más bajos que en una agencia de automóviles.


“La Zona”, como también es conocida la 46 Poniente, da cientos de empleos directos e indirectos.


Después del mega-operativo en la “La Zona”, los sujetos que andan en bicicletas ofreciendo todo tipo de autopartes usadas también sin conocidos como “coyotes”, y asegura que se está luchando por regularlos, pues algunos se ganan la vida honradamente colocando mercancía que sale de forma legal de los negocios.


Ortiz Bracho explicó que la 46 es más que el grupo de delincuentes que le crea mala fama, pues se trata de negocios que trabajan a nivel internacional, ya que un gran porcentaje de la mercancía que se vende es traída de Estados Unidos y hasta de China, pagando los impuestos que marca la ley: “No nos vamos a estar arriesgando por una lunita o por cosas que traen, cuando nosotros movemos toneladas de mercancía legal”.


Incluso algunos todavía sufren los estragos del operativo, pues las autoridades de Comercio Exterior se niegan a entregar la mercancía con el argumento de que no ha terminado de ser revisada y que tienen un plazo de 40 días para entregarla.


Respecto al robo de autopartes, Ortiz Bracho manifestó que por lo menos en su organización no permite ese tipo de irregularidades, pero si alguien comete algún ilícito ningún miembro de “La Zona” se involucrará para defenderlo.




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