“Jack el descuartizador” cometía adulterio con frecuencia


Su vida era desordenada, pues esperaba que se fuera su esposa para tener citas con otras mujeres


Vivía en un lugar sumamente sucio en el que se encontraron textos religiosos y mensajes amorosos escritos en las paredes


Daniel Hernández Cruz


Emanuel Bedolla Benítez, descuartizador confeso de una mujer, tenía una vida desordenada, con falta de valores, pues era casado y tuvo relaciones sexuales con su víctima en la ausencia de su esposa, además de posibles trastornos ocasionados por el consumo excesivo de drogas. Vivía en un lugar sumamente sucio en el que se encontraron textos religiosos y mensajes amorosos escritos en las paredes.


De acuerdo fuentes de la Procuraduría General de Justicia que participan en la investigación, el sujeto habitaba un domicilio en la 12 Poniente número 704 en el tercer piso que también era ocupado por su madre como agencia de colocación de personal de limpieza.


El domicilio está descuidado, las puertas están oxidadas y no tienen vidrios, en la recámara donde dormía había trastes sucios de varios días además de diferentes tipos de drogas. En un buró encontraron varios “churros” de marihuana, cajas de medicamento controlado denominado Rivotril y Clonazepam que, de acuerdo el testimonio de Bedolla Benítez, consumió con la mujer que asesinó.


Junto a la cama había varios envases de cerveza que consumieron desde la noche del jueves, según se desprende de las averiguaciones.


En la inspección ocular que hicieron los peritos de la dependencia encontraron que en uno de los cuartos había excremento que los expertos indagan si tenía algún significado para el descuartizador, pues tiene la apariencia de que lo había juntado y esparcido tiempo atrás.


Además encontraron varios ejemplares de la Biblia, textos en hebreo y sobre el marco de una de las puertas de la recámara había un cuadro con un dibujo de una estrella de David.


En las paredes había mensajes amorosos presuntamente escritos por el homicida, aunque las autoridades no han determinado a quién iban dirigidos pues, además de tener una relación sentimental con la mujer que asesinó, era casado.


De su esposa se tienen pocos datos, se sabe que salía del domicilio por temporadas y que ese tiempo era aprovechado por Bedolla Benítez para llevar a otra mujer a su casa. A esto se suman sus conductas parasociales que son actividades no necesariamente delictivas como el consumo de drogas, pero que son detonadores de conductas delictivas.


En la zona era conocido como un drogadicto que atracaba y robaba autopartes para mantener su adicción a las drogas que lo llevó a estar encarcelado durante un año. De la mujer se sabe que respondía al nombre de Mafalda Castañeda Velásquez alias “La Jarocha” y que tenía un hijo que era cuidado por la abuela.


La mujer de 26 años de edad era madre soltera, de baja estatura, muy delgada, trabaja para mantener a su hijo y a su madre en el bar La Pasadita ubicado en la 16 Poniente esquina con 5 Norte.


Respecto al crimen las fuentes consultadas señalaron que cuando ingresaron al domicilio la televisión estaba encendida y tenía el volumen alto, presuntamente para evitar que los vecinos escucharan algún ruido.


Las primeras investigaciones de los peritos de la PGJ arrojaron que la mujer presentaba signos de asfixia y que esto pudo ser la causa de la muerte. Se tiene la certeza de que fue mutilada después de muerta.


Los elementos a cargo de la investigación explicaron que había signos de premura en los actos de Bedolla Benítez, por lo que dejó indicios de su crimen como el trapo que dejó tirado a media calle con rastros de sangre y que fue encontrado por la Policía Ministerial.


Cuando los elementos entraron al inmueble el sujeto ya había intentado limpiar la escena del crimen, pero se encontraron rastros de sangre así como el serrucho y el cuchillo con los que cortó a la mujer.


El domicilio fue limpiado y ordenado, después fue clausurado por la Procuraduría General de Justicia con sellos de la dependencia.


Por la mañana varias mujeres llegaron al lugar para reportarse con la madre de Bedolla Benítez quien, a decir de testigos, se presentó al inmueble que utiliza como oficina.




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