Aprueban reforma federal a Derechos Humanos


Dos diputados del PAN se opusieron, pues la medida incluye el término de no discriminación por preferencia sexual


Selene Ríos Andraca


Con la renuencia de los panistas Rafael von Raesfeld y Ana María Jiménez, la LVIII Legislatura al fin aprobó la reforma constitucional federal que da facultades sancionadoras e investigadoras a la Comisión Nacional de Derechos Humanos y que incluye el término de no discriminación a las personas por sus preferencias sexuales; amén de elevar el concepto de derechos humanos en la Carta Magna mexicana.


El diputado panista Juan Carlos Espina se disculpó a nombre de Acción Nacional por votar a favor de la reforma, bajo el argumento de que no existe la posibilidad de reservarse artículos en el esquema constituyente para sufragar en contra.


En la primera sesión ordinaria del Segundo Periodo, la LVIII Legislatura dio trámite al decreto enviado por el Senado de la República desde la primera semana de marzo y que ha sido aprobado por más de 20 entidades federativas, por lo que en los próximos días se habrá concretado el requisito constituyente para publicar la polémica reforma en materia de derechos humanos que discutió el Congreso de la Unión desde el 2010.


Hace más de dos semanas, Tamaulipas se convirtió en la entidad número 17 en aprobar las reformas constitucionales, por lo que se cumplió con el número mínimo de avales para la publicación de la reforma en el Diario Oficial de la Federación, como lo plantean las modificaciones constitucionales que requieren el aval de al menos 17 Congresos.


El presidente de la Comisión de Gobernación, el panista Juan Carlos Espina, emitió la postura de su bancada, y lo primero que hizo fue pretextar la tardanza del Congreso local para discutir la polémica reforma que incluye en el artículo primero de la Constitución mexicana el concepto de no discriminación a las personas por sus “preferencias sexuales”.


“Hubiera sido deseable que este Congreso fuera de los primeros en aprobar la reforma como integrante del Constituyente permanente, desgraciadamente las circunstancias nos lo impidieron. Sin embargo, hoy cumplimos nuestra responsabilidad y nos sumaremos a la mayoría de las legislaturas locales”.


El pretexto vertido por el panista fue que era necesario revisar a fondo las implicaciones de los términos de “persona” y la abrogación del término “individuo”, así como la inclusión del concepto “tan ambiguo” como el de preferencias sexuales.


“Y en cuanto a la impertinencia del término preferencias sexuales en el texto constitucional, no podemos más que coincidir. Este término no debiera ser parte del texto constitucional. Desde nuestro punto de vista, no se atiende a las características de toda norma jurídica que son la generalidad y la abstracción. En extremo, no se debe discriminar a nadie por ningún tipo de preferencia religiosa, política, filosófica o artística por el afán de especificar sexuales, se limita el objeto de la norma”.


Aunque el texto constitucional hace énfasis en el respeto a las personas por su ideología, su religión y su etnia, ése fue el argumento principal de la diputada panista Ana María Jiménez, mientras que el diputado Rafael von Raesfeld no emitió postura con respecto a su voto en contra.




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