Pobladores de Chietla matan a tres secuestradores


Dos fueron asesinados a sangre fría, pues les dieron un balazo por la espalda mientras escapaban de los habitantes


El conflicto inició cuando seis secuestradores “levantaron” a una joven, hija de un ganadero de la zona, ante esto los vecinos hicieron justicia por su propia mano para rescatarla por lo que empezaron a buscar a los plagiarios hasta que dieron con ellos


Gerardo Ruiz


Habitante del municipio de Chietla hicieron justicia por su propia mano, durante el fin de semana asesinaron a tres secuestradores de una joven, dejaron a dos en estado grave, que fueron rescatados por las autoridades, el sexto se dio a la fuga del lugar y hasta el momento se desconoce su paradero.


El conflicto inició el pasado jueves alrededor de las 22 horas cuando seis sujetos abordo de dos vehículos, un VW Jetta rojo y un Nissan Sentra blanco, secuestraron a Ana Laura Gutiérrez García, hija de un comerciante ganadero de la zona, cuando viajaba con sus familiares a bordo de su coche, en la avenida Dolores a la altura de la colonia El Arenal, en la localidad de Pueblo Nuevo.


El reporte preliminar de la Procuraduría General de Justicia (PGJ), alrededor de las 23 horas del mismo jueves, los familiares de la víctima, de 22 años, se presentaron en el Ministerio Público de Izúcar de Matamoros para presentar su denuncia que quedó asentada en la averiguación previa 605/2012/IZMAT, por la privación ilegal de la libertad.


Durante las primeras horas del viernes, los pobladores de Pueblo Nuevo se organizaron para rescatar a la víctima, bloquearon los accesos y salidas a la comunidad para lograr el aseguramiento de tres de los delincuentes.


Durante la mañana ubicaron a un sujeto a bordo de un Jetta rojo y, más tarde, al otro en el Sentra blanco, por lo que los mantuvieron retenidos. Momentos después, entre las 12 y 13 horas, hallaron a un tercer cómplice que andaba a pie, quienes pertenecían a una banda de secuestradores conocida como “Los pelones”, asentada en la comunidad de Raboso.


Por su parte, la Policía estatal y la ministerial, apoyadas por los helicópteros del gobierno estatal, el mismo viernes realizaron recorridos de búsqueda para encontrar a los secuestradores y a la menor, cuando se les notificó que los habitantes tenían detenidos a tres maleantes en Camino Blanco.


La turba enardecida condujeron a los tres detenidos a un cerro, ubicado en el camino de terracería conocido como Camino Blanco, en la población de El Aguacate y se negaron a entregar a los maleantes a las autoridades, en protesta de la ola de violencia que sufre su localidad e hicieron justicia por su propia mano.


Los probadores les dieron una brutal golpiza, para después aplicar la “ley fuga”: les dijeron que corrieran y, si lograban escapar, serían libres. Dos de ellos corrieron, Hugo García Ramírez, de 33 años y Miguel Ángel López Silva, de 20 años pero fueron asesinados a tiros por la espalda apenas empezaron a correr.


El tercero, Roberto Cadena Ramírez, no corrió y quedó lesionado por los golpes, fue rescatado por la Policía ministerial, los agentes lo trasladaron a la ciudad de Puebla, donde lo internaron en el Hospital General del Sur.


Laura Gutiérrez García se encontró estable y fue entregada a sus familiares por la Policía municipal de Izúcar y no por la PGJ como se informó en un comunicado emitido por la dependencia.


Posteriormente, la mañana del sábado fueron capturados dos individuos más, ya que los pobladores continuaron la búsqueda ante la indiferencia de las autoridades.


Los dos sujetos fueron retenidos hasta la población de San Pedro La Junta, perteneciente al municipio de Tehuitzingo, por la tarde, los habitantes decidieron quitarle la vida a Crisóforo Mejía Hernández de 42 años, y entregaron horas después al segundo delincuente a las autoridades, sumamente lesionado por la golpiza.


Cabe recalcar que no se aplicó operativo por parte de la Policía y del Ejército, quienes se retiraron aproximadamente a las 18 horas del sábado, luego que los más de mil habitantes armados entregaron el cuerpo del linchado, esperando que las autoridades correspondientes tomen cartas en el asunto.




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