El compadre del “góber precioso”, le salvó la vida en el 2004
El ascenso de Arango fue vertiginoso. Lo mismo pasó con su fortuna
En tan sólo un sexenio, Arango García alcanzó el sueño norteamericano
en tierras poblanas. Pasó de un humilde departamento a una lujosa residencia en el exclusivo fraccionamiento de La Vista
Selene Ríos Andraca
Alfredo Arango García fue el médico que salvó la vida Mario Marín Torres durante el vuelo Puebla-Nueva York a finales de 2004, cuando dentro del aeronave el entonces gobernador electo sufrió un ataque de peritonitis y en retribución lo nombró director general del ISSSTEP y en el penúltimo año del sexenio lo erigió como su tercer y último secretario de Salud.
ellas: licitaciones amañadas para compra de medicamento y equipo, desabasto de medicinas; compra de f rmacos caducos y despidos injustificados de personal. Las irregularidades detectadas en el proceso entrega-recepción ascienden a los mil millones de pesos, según los trascendidos periodísticos.
Arango encarna a la perfección con el recurrente discurso de Rafael Moreno Valle durante su campaña electoral: “Hay funcionarios que cambian de carro, de casa y hasta de mujer”.
En tan sólo un sexenio, Arango García alcanzó el sueño norteamericano en tierras poblanas. Pasó de un humilde departamento a una lujosa residencia en el exclusivo fraccionamiento de La Vista, además de tener otras propiedades en Lomas de Angelópolis y otros residenciales de lujo.
De manejar por las calles de Tehuacán y de la capital poblana un Sedán WV, mejor conocido como “vochito”, el señor Arango García terminó el sexenio en un Mustang rojo sangre de toro.
En sus días de clímax del poder, Arango empeñó su corazón con la guapa conductora de noticias de Televisa, Karla Torrecilla, cuyo romance brincó a la arena pública por una curiosa pelea en la red social de Facebook entre la entonces esposa, el funcionario y la nueva dueña de sus amores.
Literal. Arango cambió de auto, de casa y de mujer. Mientras vive el horror de sus excesos en el Centro de Rehabilitación Social San Miguel, su pareja Karla Torrecilla sufre de los síntomas del embarazo.
Arango no sólo modificó su estilo de vida, también afinó su paladar. El exfuncionario marinista dejó atrás el tradicional mole de caderas y los pollos ahumados de Tehuacán, para gozar de los platillos españoles en El Desafuero como salmón en su costra, lechón al horno o lomo laqueado. O bien, los exquisitos tacos de pato en Kampai.
De humilde doctor a acaudalado empresario
El sueño de Alfredo Arango inició a finales de la década de los setenta, cuando aún era residente del Hospital Universitario y anhelaba un mejor futuro para él y para su entonces joven esposa, la enfermera de Cirugía del nosocomio.
Sus aspiraciones políticas nacieron en el hospital de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla y tras unos intentos fallidos para convertirse en el director de la institución, su vida cambió el rumbo.
Con el apoyo de unos parientes, el hoy incauto ingresó como médico de base al Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores al servicio de los Poderes del Estado (ISSSTE) en Puebla.
La amistad entre el investigado por la Procuraduría General de Justicia y el exmandatario data de más de 25 años. Uno de sus pasatiempos favoritos era jugar futbol los miércoles y los domingos, pasatiempo que mantendrían aún en los tiempos dorados del marinismo.
En la época en que Mario Marín era alcalde capitalino, Arango afianzó su amistad con el oriundo de Nativitas Cuautempan y lo hizo compadre. El presidente municipal fue padrino de uno de los hijos de Arango. El compadrazgo consolidó la cercanía de ambos.
Cuando Arango García se integró a la campaña de Mario Marín, a principios de 2002 —aunque el proceso electoral arrancaría hasta finales de 2003—, anhelaba ser el secretario de Salud, sin embargo, Marín optó por nombrarlo director del ISSSTEP, cargo que le valió parte de su fortuna y que utilizó para debilitar a los titulares de la Secretaría de Salud.
Entonces, el momento culminante llegó. Arango acompañó al entonces gobernador electo a Nueva York a una gira de agradecimiento, durante el vuelo Mario Marín tuvo un ataque de peritonitis y su vida fue salvada por Arango.
Como secretario de Salud su vida dio un nuevo giro. Una vez que conquistó el corazón de la conductora de Televisa Puebla, Karla Torrecilla, Arango tomó la determinación de hacerse una cirugía plástica para quitarse los estragos del tiempo.
Se afinó las facciones, se redujo las arrugas, se eliminó las bolsas de los ojos, se disminuyó la papada y se blanqueó los dientes para combinar con su hermosa novia.
Después de la derrota del 4 de julio de 2010, Mario Marín les pidió a sus funcionarios arreglar los pendientes y eliminar cualquier evidencia de corrupción. En esa comentada reunión, Marín les advirtió que si eran acusados por irregularidades, él no metería las manos.
Una vez concluida la época barroca del marinismo, Arango se enfiló por la industria inmobiliaria y se dice que a través de prestanombres es propietario de la empresa Exirium, comercializadora de Bienes y Servicios.
Y así fue. Durante las primeras horas de su detención, Marín Torres dio una entrevista después de años de ausentarse de la prensa, para deslindarse de quien fuera su amigo, compadre y secretario de Salud.
El fin de la era de la impunidad terminó con la detención del exsecretario de Salud y todo indica que esto apenas empieza y que los marinistas corren peligro de enfrentarse, al fin, a la ley.
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