RMV terminó con sus detractores en un año
Acalló a sus críticos antes de cumplir los primeros 365 de su administración
Entre los trofeos que puede presumir el mandatario están Ricardo Henaine, Ana Teresa
Aranda, José Juan Espinosa, Víctor Manuel Hernández Quintana, Refugio Rivas y los medios de comunicación que apostaron por el fallido proyecto de Zavala
Selene Ríos Andraca
de Ricardo Henaine, Ana Teresa Aranda, José Juan Espinosa, Víctor Manuel Hern ndez Quintana, Refugio Rivas y, por supuesto, de los medios de comunicación que apostaron por el fallido proyecto transexenal de Mario Marín a través de Javier López Zavala.
Sus nombres fueron objeto de titulares de la prensa poblana. Sus historias fueron narradas y comentadas ad nauseam. La mayoría de los casos, indefendibles. Las consecuencias de sus enfrentamientos con el hombre que logró expulsar al PRI de Casa Puebla, demoledoras.
La oposición en Puebla es una simple melancolía de los críticos del sistema, de los ilusos anarquistas y de los, cada vez más, escasos marinistas. Las voces que se han levantado para reclamar o señalar las actitudes, acciones, decisiones o determinaciones, han terminado, en el mejor de los casos, silenciadas. En el peor, devoradas.
Los medios de comunicación que se deshicieron en halagos y omitieron los escándalos de Mario Marín transitaron, de la noche a la mañana, a ser los críticos férreos del nuevo régimen. Los medios que fueron críticos con el marinismo asumieron, de manera súbita, una postura moderada con el morenovallismo. La transición alcanzó a los medios, y muchos se quedaron en el camino.
En términos políticos el Revolucionario Institucional debería ser la voz disidente en Puebla y, sin embargo, el sometimiento de sus líderes, diputados, senadores y cuadros distinguidos es patológico. En un año de gobierno, de la oposición partidista no se ha escuchado ni si quiera una queja. Cualquier movimiento del gobernador es aplaudido y celebrado como al Rey Sol.
De manera paradójica, la insurrección morenovallista nació en el seno de sus aliados, correligionarios o de aquellos cuyo poder se vio vapuleado por la alternancia gubernamental.
Los señalamientos del exlíder de Convergencia y diputado local José Juan Espinosa le valieron un inicio de proceso de desafuero en el Congreso; las acusaciones y los calificativos de intolerante, autoritario y megalómano le costaron a la panista Ana Teresa Aranda una andanada contra su gente más cercana.
Los desencuentros en el pasado y su encumbramiento en el sexenio marinista le resultaron a Ricardo Henaine una serie de procesos jurídicos, mediante los cuales ha perdido Valle Fantástico, el inmueble de El Heraldo, el aeropuerto Hermanos Serdán e incluso, la merma económica para el equipo de Puebla de la Franja.
La negativa a dejar el Órgano de Fiscalización Superior y de mantener sus vicios para controlar el organismo fue el mejor pretexto para evidenciar que Víctor Manuel Hernández Quintana ya no pertenecía a los nuevos tiempos políticos. Y qué decir de Refugio Rivas, cuya necedad por encumbrar al zavalismo en el Poder Ejecutivo, es hoy su ostracismo político.
JJ, de aliado a enemigo
Durante la campaña de 2010, José Juan Espinosa fue un ferviente morenovallista. Como parte de la megacoalición PAN-PRD-Convergencia-Nueva Alianza, el “Jota Jota” se dedicó a promover el voto por su candidato y se desgañitó la garganta durante los tres meses de campaña electoral para llamar al voto de castigo en contra de Mario Marín.
Espinosa Torres formó parte del grupo dominante e ingresó al Congreso local como diputado plurinominal y coordinador del grupo parlamentario de Convergencia, el cual desaparecería en los siguientes días como parte de la estrategia legislativa del gobernador.
En la caótica primera sesión de la LVIII Legislatura, Espinosa Torres demarcó sus límites. El convergente reveló los pactos cupulares de Rafael Moreno Valle con los marinistas para dar impunidad al exgobernador y sus funcionarios más corruptos. La acusación quedó en el aire. Nadie la desmintió, nadie la refutó.
La relación entre el convergente y el nuevo grupo en el poder se fue desgastando día con día. Cada semana, Espinosa Torres recriminaba las decisiones del morenovallismo para hacer tal o cual cosa. El tema llegó a su auge.
Luego de que Reforma revelara la relación entre el narcoganadero Ismael Coronel y el gobierno de Marín Torres, el “Jota Jota” dio una rueda de prensa para decir que durante el proceso de entrega-recepción él advirtió al secretario general de Gobierno, Fernando Manzanilla, sobre la presencia del crimen organizado en Puebla.
La declaración del diputado causó efervescencia en medios locales y nacionales. La respuesta del gobierno fue descalificarlo y encararlo. El vocero estatal, Sergio Ramírez, lo acusó de mentiroso, aquél reviró con ofensas del mismo tipo. Tal enfrentamiento dejó serias heridas en la relación entre el diputado y el gobierno entrante.
Desde tribuna, Espinosa se sumó a las causas perdidas. Desde apoyar al hoy exlíder sindical del Colegio de Bachilleres, Refugio Rivas, hasta marchar de la mano con los operadores de los mototaxistas. Una vez más, fue descalificado por el gobierno de Moreno Valle.
A principios de septiembre, un audioescándalo cimbró a la clase política de Puebla. CAMBIO presentó un audio de Espinosa Torres con la alcaldesa de San Pedro Cholula, Dolores Parra, en el que se escucha un supuesto intento de extorsión.
La ola desatada por el audio inundó los medios locales y las instituciones jurídicas. Mientras crecían los ataques contra el convergente, el presidente de la hoy extinta Gran Comisión, Guillermo Aréchiga, lo acusó de quererlo extorsionar.
El Congreso local determinó juntar las pruebas para iniciar un proceso de desafuero, luego de que Dolores Parra presentara la denuncia por extorsión en contra del diputado. Éste a su vez, presentó una denuncia en contra del gobierno por amenazas.
Todo iba viento en popa para iniciar el desafuero de Espinosa, al grado que fue depuesto de la titularidad del Comité de Administración de la Cámara de Diputados, sin embargo, su obligada abyección fue premiada. De pronto el tema decayó de los medios y aquello que inició como un incendio, terminó como una vil flama.
Ahí terminó la rebeldía del convergente, hoy cauteloso, moderado y alejado de los reflectores.
El derrumbe de La Doña
Ana Teresa Aranda, la eterna detractora de Moreno Valle. Desde el inicio de los tiempos, la exfuncionaria federal ha peleado, atacado, vapuleado a Rafael Moreno Valle. Incluso, en aquellos días cuando el escenario para el hoy gobernador parecía inalcanzable.
En enero de 2010, con las aguas en su contra, “Ana Tere” le apostó a su muerta empresa electoral. Y se hundió en el desprecio de los panistas. En su búsqueda de la candidatura del PAN por el gobierno del estado no logró ni el 20 por ciento de los votos.
El carácter de Ana Tere se impuso, a pesar del triunfo electoral del “panista pirata” como ella lo bautizó. Ni siquiera en la victoria, “La Doña” dio muestras de solidaridad, empatía o gusto.
de repente en un encuentro el gobernador haga esas expresiones, me acordé del discurso de Marín, de aquella vez cuando dijo que el que se ponga con los abuelitos se las ver conmigo, esos discursos no ayudan en nada”.
El revire del gobierno estatal fue contundente. A los escasos meses de la avasalladora declaración, Aranda Orozco se enfrentó a la realidad del poder. Uno de los hombres de sus confianzas, su principal operador político, su coordinador de las fallidas campañas y su amigo de años, Carlos Cobos Marín fue despedido de la delegación de Caminos y Puentes Federales (CApufe).
Carlos Cobos fue despedido de la delegación federal de Capufe desde los primeros días de octubre por diversas irregularidades en su actuar, sobre todo en asuntos concernientes a la contratación de obra pública y en adquisición de bienes y servicios que le valió una investigación por la Secretaría de la Función Pública.
Aún con el sopor de la noticia, Ana Teresa siguió pagando el alto costo de su ojeriza contra su correligionario.
La cálida mañana del 23 de octubre, ministeriales de la Procuraduría General de Justicia detuvieron a Pedro Barojas, colaborador cercano de “La Doña”, por presuntos desvíos de recursos y daño patrimonial en su época de alcalde de Palmar de Bravo en la década de los noventa.
Ana Teresa le exigió, cara a cara, una explicación al mandatario. Éste rehuyó. La panista presentó una denuncia penal por el presunto delito de amenazas en contra de quien resultara responsable.
La única luz de Aranda era la salida electoral de Puebla. San Lázaro o el Palacio de Xicoténcatl. La influencia del gobernador en el partido blanquiazul difuminó cualquier aliento.
De momento, está destinada a la expatriación política.
Henaine, el enemigo público número uno
Consentido por Melquiades Morales y engrandecido por Mario Marín Torres, Ricardo Henaine acumuló riquezas y canonjías envidiables: propietario del predio de Valle Fantástico, socio mayoritario del aeropuerto Hermanos Serdán, dueño de El Heraldo alojado en un edificio del gobierno estatal y poseedor del equipo Puebla de la Franja.
El halo de Rafael Moreno Valle envolvió a Ricardo Henaine desde la toma de protesta, el primero de febrero de 2011. Nadie dudaba de las intenciones de Moreno Valle. Él mismo las reflejó con su discurso: “instruyo a mi gabinete para que inicie los procesos para recuperar el predio de Valle Fantástico”. La moneda estaba en el aire.
El argumento jurídico del gobierno morenovallista para hacerse del predio de la reserva Atlixcáyotl fue que en el comodato entregado por el exmandatario Melquiades Morales, se tenía usar para un parque ecológico o una reserva ecológica, mas no para un parque de diversiones abandonado a su suerte.
La tarde-noche del 8 de marzo, la suerte de Henaine dio un giro de 180 grados. Elementos de la Policía Estatal tomaron el predio de la Reserva, gracias al dictamen del juez Segundo Civil de Cholula, Javier Soriano Hernández. El litigio sobre el predio continúa y Henaine acumula fracasos jurídicos que lo están orillando a perder el terreno que obtuvo por la pírrica cantidad de 10 millones de pesos en la era melquiadista.
La desgracia de Henaine continuaría. En las últimas horas del 29 de abril, autoridades de Seguridad Pública y personal del juzgado llegaron al inmueble que albergaba la redacción de El Heraldo. Con una orden del juez 12 de lo Civil, el gobierno del estado desalojó al personal de El Heraldo de Puebla y recuperó el edificio conocido como El Mesón del Cristo, pese a que los directivos del rotativo habían anunciado que tenían un amparo.
Semanas después, la Secretaría de Finanzas congelaría las cuentas de Puebla de La Franja, mermando la economía del equipo. Dicha medida ha desatado los rumores sobre el traslado del equipo a otra entidad.
Por unos meses, Henaine se concentró en recuperar Valle Fantástico sin imaginarse que otro golpe atestaría en sus finanzas personales.
El 29 de noviembre, el empresario recibió un knockout, toda vez que fue relegado de la administración del aeropuerto Hermanos Serdán de Huejotzingo. El gobierno morenovallista extinguió la sociedad como resultado de la fiscalización realizada por la Secretaría de la Función Pública y la Contraloría estatal. Además, existe un decreto de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes en el que se extingue la concesión y se reintegra a la Dirección General de Aeronáutica Civil.
Dos días antes del Primer Informe de Labores de Moreno Valle, el Sistema de Administración Tributaria embargó el estadio Cuahtémoc y los bienes del Puebla de la Franja por deudas del empresario con el fisco.
La pesadilla del millonario empresario aún no termina y no habrá piedad.
El derrumbe de Hernández Quintana
El auditor con licencia Víctor Manuel Hernández Quintana enfrentó su suerte cuando el destituido edil de Tlatlauquitepec presentó una denuncia en contra por extorsión. El servidor público se rehusó a pedir licencia y se aventuró a mantenerse en el cargo.
Pese a las críticas de los diputados por su actuar, su retraso en la calificación de cuentas públicas y la reforma a la Ley Orgánica del Congreso local, Hernández Quintana hizo el intento de congraciarse con el nuevo régimen. Recurrió a foros, congresos, convenciones y premiaciones para mantenerse en el Órgano. Todo fue en vano.
A mediados de octubre, el rumor de que solicitaría licencia se acrecentó. Pero nada sucedió. Ese fin de semana, detectaron las bodegas clandestinas con información oficial del OFS.
Hernández Quintana estaba desaparecido hasta que llamó a rueda de prensa para decir lo contrario y mostrar su amparo. Ante el descubrimiento de las bodegas clandestinas, su esperanza terminó. El sábado, la Policía Estatal detectó otras bodegas con información de cuentas públicas.
Hernández Quintana aguantó hasta el lunes y, sin más, pidió licencia al cargo, mientras la Procuraduría General de Justicia continúa con la investigación en su contra por extorsión y supuesto robo de documentación oficial.
La prensa y la transición
La época de periodistas trasmutados a acaudalados empresarios y millonarios constructores llegó a su fin a partir de la primera quincena de febrero de 2011. Los días de los medios sobrevaluados, con convenios exorbitantes y escasos lectores, se esfumaron.
La nueva relación del gobierno del estado con los medios de comunicación causó estragos. La extinción de los convenios irrazonables para medios sin influencia y sin consumidores fue un huracán para los periodistas del viejo régimen.
La disposición de Casa Puebla de firmar únicamente contratos de publicidad y campañas de propaganda llevaron a la quiebra a varios medios acostumbrados a viejas canonjías.
El 25 de julio, el vocero estatal Sergio Ramírez anunció la nueva estrategia de comunicación basada en el estudio del nicho de cada medio para la contratación de espacios publicitarios.
La medida tomó por sorpresa a los directivos y dueños de medios de comunicación. Inició un caos mediático. Los radicalismos salieron a la luz. O críticas o halagos.
El 23 de febrero, la prensa se fusionó en torno a la despenalización de los delitos de difamación y calumnias, que trasmutó en daño moral.
Las reglas están fijadas. La supervivencia y la libertad de expresión dependerán de los mismos medios. La tolerancia del gobierno estatal.
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