PGJ registra 89 casos de extorsión telefónica
En 59 de ellas se atendió a las víctimas antes de que depositaran dinero a los delincuentes, informó Fernando Rosales Solís
En el estado se usan los mensajes de
texto, el correo electrónico, las llamadas telefónicas y los anónimos para cometer el delito
Víctor Hugo Juárez
La Procuraduría General de Justicia (PGJ), a través de Fernando Rosales Solís, titular de la Dirección General de Atención a Delitos de Alto Impacto (DGDAI), dio a conocer que en lo que va de 2012 se han recibido 89 denuncias de extorsión, de las cuales 59 fueron atendidas antes de que la víctima realizara algún depósito a los delincuentes. El año anterior, además, de los 126 casos reportados se atendieron satisfactoriamente 99, derivando en la detención de 18 personas en lo que va de la administración.
Rosales Solís resaltó la importancia de estar informados ante este delito, debido a que el arma principal en la extorsión es el engaño. Además, aseguró que el “factor sorpresa” es lo que hace que las víctimas se alarmen y terminen proporcionando el dinero que los delincuentes les piden, el cual puede ir desde 200 mil hasta un millón de pesos.
Detalló que en la entidad existen cuatro vías principales para la operación de este crimen: llamadas telefónicas, mensajes de texto, correo electrónico y de forma anónima, de las cuales derivan varias modalidades.
Las llamadas telefónicas son las más comunes y es donde los delincuentes amenazan con hacer daño a la víctima o su familia asegurando que se encuentran vigilados, por lo que piden que depositen cierta cantidad de dinero a una cuenta bancaria proporcionada por ellos. Por este medio también se hacen pasar por familiares radicados en Estados Unidos que necesitan dinero para regresar. En otras ocasiones, usan la voz de un menor que pide auxilio y en otras más violentas se hacen pasar por líderes de organizaciones criminales reconocidas, con el fin de intimidar.
El funcionario destacó igualmente la modalidad tripartita, la cual es la más común y consiste en fingir un secuestro. En este tipo de extorsiones, el criminal realiza una llamada telefónica en la que asegura a la víctima tener uno de sus familiares privado de su libertad y le ordenan ir a un lugar cerrado donde deberá apagar su celular. Una vez dentro, los extorsionadores marcan a la familia de esta persona y le dicen que la tienen secuestrada. Las víctimas terminan cayendo en el engaño, al no poder comunicarse con ella.
Apuntó que los delincuentes raramente operan en la ciudad, pues han identificado que las llamadas provienen del norte del país y de algunos centros de readaptación social.
Debido al crecimiento de este delito, ya es considerado por las autoridades como de alto impacto, por lo que ya no alcanza el perdón del agraviado y los responsables pueden pasar hasta 10 años en prisión.
El director manifestó que en cada uno de los casos, lo primero que debe hacer la víctima es comunicarse con las autoridades, quienes otorgaran una asesoría telefónica a través del número 244 6853.
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