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Ciudad de México.- En México, los niños se encuentran expuestos a un alto riesgo de convertirse en víctimas de pornografía infantil, del abuso sexual y de la violencia.
Durante el foro “Combate a la pornografía de niñas, niños y adolescentes”, que se realizó en el Senado de la República en septiembre, las cifras indicaron que México ocupa el primer lugar mundial en la difusión de pornografía infantil; esto quiere decir que cada hora, dos menores son abusados sexualmente.
El último Informe Nacional sobre Violencia y Salud en México, realizado por el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef), reportó que en los últimos 25 años murieron asesinados diariamente dos niños o adolescentes que eran menores de 14 años.
Por otra parte, entre 55 y 62 por ciento de los niños mexicanos han sufrido maltrato en algún momento de su vida y siete de cada 10 jóvenes viven o han vivido violencia en su noviazgo.
Además 10.1 por ciento de los estudiantes de secundaria han padecido algún tipo de agresión física en la escuela, 5.5 por ciento de ellos relacionada a un tipo de violencia de sexual y 16.6 por ciento a violencia emocional.
En la conmemoración del Día Internacional para la Prevención del Abuso Infantil, la Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal (CDHDF) señaló que en México aún no se crean mecanismos en materia de prevención y combate de todas las formas del abuso infantil.
En el caso de la Ciudad de México, la CNDHDF destacó que el Programa de Derechos Humanos del Distrito Federal (PDHDF) establece líneas específicas para promover el derecho a una vida libre de violencia en lo que se refiere a los infantes, principalmente enfocada a situaciones de “alta discriminación” que presentan los menores, relacionadas al trabajo, indígena, con discapacidad, migrante y callejera.
El organismo también hizo hincapié en el establecimiento de un Código de Procedimientos Penales del Distrito Federal para incluir un procedimiento de denuncia y responsabilidades específicas para los jueces ante cualquier tipo de violencia ejercida hacia la infancia.
Finalmente, subrayó la necesidad de diseñar, implementar y fortalecer mecanismos para garantizar la reparación del daño.
