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Valentín Meneses: privilegios Bicentenarios




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No sería la primera vez.

Tampoco sería una sorpresa.

 

 

Los hechos siempre mostraron su enorme sagacidad para los negocios al amparo del poder político.

 

 

De la misma manera obtuvo una notaría pública. En un sexenio en que las notarías quedaron fuera del reparto de privilegios, Valentín Meneses Rojas encontró la manera de hacerse de una patente.

 

 

Siempre demostrando una inigualable facultad para conjuntar intereses políticos con jugosos negocios.

 

 

Valentín: aquel que un martes 14 de febrero de 2006 no supo qué hacer frente a la mayor crisis mediática que haya enfrentado un gobierno poblano.

 

 

Esa mañana el rotativo “La Jornada” publicaba en su titular principal: “Al descubierto la conjura en contra de Lydia Cacho”, una extensa nota firmada por Blanche Petrich que exhibía las conversaciones telefónicas entre el gobernador Mario Marín y Kamel Nacif.

 

 

También esa mañana en el programa radiofónico de Carmen Aristegui por primera vez se hacía público aquel audio que enfatizaba la frase ya convertida en leyenda: “¿Qué pasó mi góber precioso?”.

 

 

Fue una bola de nieve, un escándalo que minuto a minuto iba creciendo y se iba desbordando.

 

 

Esa mañana Mario Marín asistió al informe del presidente del tribunal Guillermo Pacheco Pulido, mientras medios nacionales hacían pedazos la imagen de su gobierno.

 

 

Al medio día Carlos Loret en el programa radiofónico que tenía en XEW radio retomaba las grabaciones. Y para la noche Joaquín López Dóriga las presentaba como nota principal en “el noticiero”.

 

 

La gran pregunta fue ¿qué hizo Valentín Meneses Rojas durante esas 15 horas de crisis?

 

 

Hoy, siete años después, nadie sabe la respuesta.

 

 

Lo cierto es que nunca se convocó a una reunión urgente en el “cuarto de guerra”, tampoco se implementó un control de daños, jamás se diseñó una respuesta para semejante crisis.

 

 

Fue como un incendio que se propagaba por toda la casa, consumiendo sala, cocina, recamaras, mientras un bombero impávido permanecía contemplando el extinguidor, sin siquiera tocarlo.

 

 

La bola de fuego crecía desmesuradamente. Fue un terremoto mediático con epicentro en la ciudad de Puebla.

 

 

Las secuelas aun hoy se muestran palpables.

 

 

Es inobjetable que el entonces gobernador Mario Marín hubiera despedido a cualquier otro personaje, lo hubiera fulminado de manera inmediata, pero a Valentín Meneses, al “buen Vale”, siempre lo cobijó. Pese a todos sus desatinos y desvaríos.

 

 

Lo sacó de la Dirección de Comunicación Social, lo llevó al DIF y posteriormente (para cerrar bien el sexenio) lo puso en la Secretaría de Comunicaciones y Transportes.

 

 

E incluso lo dejo que operara libremente para quedarse con una notaría pública.

 

 

Luego del triunfo electoral de Rafael Moreno Valle, el marinista Vale Meneses se convirtió en el principal pivote del frente colaboracionista.

 

 

En los momentos en que el marinismo se carcomía las entrañas “Vale” se puso a las órdenes del gobernador electo y fue el principal canal de comunicación entre dos mundos irreconciliables.

 

 

Luego Meneses se fue a la oscuridad del olvido.

 

 

Hoy el nombre de Valentín vuelve a salir a la luz y aparece como presunto propietario de la línea Bicentenario.

 

 

El trascendido que recorre Puebla asegura que Sergio Galindo, ex candidato a la presidencia municipal de San Pedro Cholula, es socio y prestanombres de Meneses Rojas.

 

 

Hay que decirlo, Galindo está echado para adelante y quiere guerra con el gobernador Moreno Valle; asegura que va a recurrir a todos los argumentos y elementos jurídicos para proteger las concesiones de la ruta Bicentenario.

 

 

Mientras tanto en la otra esquina ya hay un beneficiario.

 

 

En tanto las unidades de “Galindo y Compañía” están fuera de circulación, ahora prestan el servicio camiones de la línea “Estrella Roja”, hecho que tiene muy agradecido a Lalo Cué Morán.

 

 

Sin duda es una deferencia.

 

 

Cué Morán siempre fue considerado uno de los empresarios más cercanos a Javier López Zavala, pero hoy es consentido del morenovallismo.

 

 

No cabe duda. El dinero no conoce de “inútiles y estériles” colores partidistas.

 

 

Mientras tanto Vale Meneses aquel afortunado hoy sufre el revés de la rueda del poder.

 

 

Sugerencia al secretario de Salud, Roberto Rivero Trewartha

 

 

El secretario de Salud Roberto Rivero Trewartha debería prestar atención a las versiones que aseguran que el Hospital Integral de Ajalpan es objeto de un brutal saqueo.

 

 

Se afirma que equipo médico de alta tecnología es sacado por las noches y madrugadas con la intención de ponerlo a la venta en nosocomios particulares de Teotitlán de Flores Magón, Oaxaca.

 

 

También se argumenta que en dicho Hospital Integral son tres los funcionarios que han formado una cofradía para encubrirse entre ellos.

 

 

Por lo pronto se hace urgente una visita a Ajalpan, para que con inventario en mano se supervise el equipo médico.

 

 

Secretario Rivero, créalo, se llevará varias sorpresas.

 

 

Como siempre estamos a sus órdenes en cupula99@yahoo.com, sin mx.

 

 

 

 

 

 

 

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