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Competencia interna




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Muchas veces hemos escuchado que para que un equipo sea campeón no es suficiente con que tenga un gran cuadro inicial, es necesario que tenga una buena banca. Es muy cierto, aunque yo le cambiaría el “buena” por “competencia interna” y el “banca” por “platel”. Con estas modificaciones, mi pensamiento quedaría de la siguiente forma: para que un equipo tenga mayores probabilidades de éxito es necesario que en el plantel haya competencia interna.

Armar un equipo, elegir a los jugadores idóneos que van a integrar el plantel es una labor complicada. En primer lugar, me queda claro, que quien debe elegir a los elementos debería ser el DT, asesorado por su cuerpo técnico. No estoy en contra de que los directivos hagan “sugerencias”, pero por ninguna razón la directiva impondrá a algún futbolista. El 90 por ciento de los jugadores impuestos al DT tienen muy poca o nula posibilidad de jugar.

 

 

Es sabido que el coach en turno debe acoplarse al club en el que está. En primer lugar estar consciente de los objetivos y metas a los cuales aspira dicho equipo y sus dirigentes, y a partir de esto adaptarse a la materia prima con la que cuenta (jugadores propiedad del equipo) y al presupuesto. A todos los DT nos encantaría tener “cartera abierta” a la hora de elegir a nuestros refuerzos, y que nuestro equipo tuviera las Fuerzas Básicas del Ajax, pero la realidad es otra. Por esta razón, una pregunta que debería formularse el entrenador antes de dar el “sí” sería: ¿qué me pide el club y con qué cuento para conseguirlo?

 

 

En mi forma de analizar los grupos (con “grupos” me refiero al platel completo, tus 25-30 jugadores con los que vas a trabajar todo el torneo) creo que hay bastantes alternativas a la hora de conformar uno, si es que no se cuenta con grandes cantidades de dinero. La principal idea que el DT debería tener al ver que no se realizarán contrataciones “bomba”, sería hacer lo posible por formar un plantel con alta competencia interna. No se necesitan grandes estrellas (generalmente costosas) para lograr esta competencia, lo básico sería tener a cuatro o cinco jugadores por arribita de tu media en cuanto a calidad, y a partir del sexto al 25, que haya muy poca diferencia entre ellos.

 

 

Un error común es que los entrenadores con sus conductas, sus formas de tratar a algunos jugadores, los mensajes entre líneas de “no vas a jugar”, reducen automáticamente el número de jugadores con los que cuentan. Al principio de la batalla contaba con 25 soldados, pero al término de la pretemporada o para la jornada 4, a más de la mitad, sin consciencia alguna, ya la dio de baja.

 

 

Al comienzo del torneo, al inicio de la pretemporada, todos los jugadores tienen la esperanza y motivación de jugar, pero los futbolistas como seres humanos que son, al percatarse de que están poniendo todo de su parte (se cuidan, entrenan fuerte, llegan temprano, etcétera) y no los toman en cuenta, caen en el fenómeno que los estudiosos llaman desesperanzaaprendida. Este fenómeno hace que el jugador piense “por más cosas que haga, no me van a poner”. Con esta situación el DT pierde doble, ya que por un lado pierde a estos soldados que ya están rendidos, y por otro, los jugadores supuestamente titulares, al darse cuenta que atrás de ellos nadie les pelea el puesto, por “obvias” razones se relajan.

 

 

Quizá los que están desde afuera, aficionados (y muchísimas veces tampoco los que están ahí dentro), no se percaten al comienzo del torneo de esta situación, pero conforme van pasando las jornadas, los equipos que mantienen buen nivel por lapsos de tiempo mayores, mucho es debido a la competencia interna que se ha generado dentro del plantel. Todos tus jugadores (bueno, conformémonos con que la mayoría de ellos) al tener las mismas posibilidades de jugar, crean un ambiente de alta intensidad en los entrenamientos.

 

 

Como ya lo he comentado en varias ocasiones, una de mis máximas es “como entrenas juegas”. Al trabajar en el día a día con alta intensidad, rayando en el tope de esfuerzo y exigencia, a la hora del partido es muy normal las probabilidades de repetirlo, y se está más cerca de la victoria. Simplemente porque tus jugadores están acostumbrados, tienen ese hábito de competencia.

 

 

Entonces, si estamos de acuerdo con la frase “como entrenas juegas”, hagamos lo posible porque nuestros entrenamientos sean lo más cercano a la realidad del partido, para que esto sea posible se necesita que todos tus soldados estén al 100 por ciento día con día. Al darse cuenta que estando al cien no es suficiente ni les asegura que vayan a jugar, entonces darán un 5 por ciento más, este extra, este pequeño detalle, distingue a los equipos que simplemente dan batalla hasta la jornada 9, de los que se mantienen con el mismo buen nivel hasta la final.

 

 

 

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