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Lo grave de la lucha magisterial de este año fue la pérdida de simpatía de la sociedad por el daño a la educación. Una cifra del secretario de Educación Pública, Emilio Chuayffet, se presta a varias lecturas: los maestros de Oaxaca tienen 71 inasistencias al año por razones políticas. De ahí lo siguiente:
--De acuerdo al año escolar, los maestros abandonan un tercio de días de clase en cada curso y no enseñan. Por tanto, los niños han terminado en los últimos 35 años con una deficiente preparación. Las razones de la inasistencia son políticas-gremiales.
--Para recuperar esos días, los maestros tendrían que extender hasta medio día educativo --alrededor de 2 a 3 horas-- el día normal de clases, lo que llevaría a una aglomeración de horas-clase que afectaría la comprensión.
--En total, los maestros de la XXII han hecho perder a los niños 12.5 años educativos por inasistencias políticas a lo largo de 35 años de lucha, sin que la autoridad haga algo.
La lucha magisterial de este año fue un fracaso: el viernes 18 hubo un arreglo para levantar el plantón, pero los radicales, azuzados por la guerrilla del EPR, los vándalos supuestos anarquistas y López Obrador, reactivaron el movimiento y no cumplieron en acuerdo. El gobierno federal evitó concesiones y el gobierno perredista del DF les cerró el zócalo. El saldo fue negativo:
--El llamado a una “huelga nacional” fue una vacilada sin sentido.
--La reforma educativa no dará un paso atrás, la evaluación se realizará y muchos maestros tendrán que abandonar las aulas.
--Los dineros oscuros que los gobiernos le daban a los líderes de la XXII ya no existirán porque la CNTE dejó de asustar.
--La CNTE y la XXII pervirtieron el significado de la marcha como protesta social y las manifestaciones se convirtieron, como el 2 de octubre, en turbas irracionales sin ideología política. Por eso López Obrador perdió el zócalo y no pudo hacer su mitin ayer domingo. Las sociedades del DF y de las ciudades con conflicto magisterial se hartaron de los maestros disidentes. Lamentablemente para la CNTE y el sector de centro-izquierda, la sociedad aplaudió el uso de la policía para desalojar el zócalo.
--Los gobiernos estatales y el gobierno federal están obligados a partir de ahora a descontarle salarios a los maestros que no den clases y a aplicar la ley del trabajo por abandono de empleo. La tolerancia se acabó.
Lo que viene ahora debe ser una estrategia política para rescatar la educación secuestrada por la CNTE y la XXII:
--El ejecutivo debe apretar a los gobernadores para romper sus complicidades --de los gobernadores-- con la CNTE.
--El Congreso que emite con cualquier pretexto puntos de acuerdo, debe promover uno para exigir el reordenamiento laboral de la educación y condenar a los maestros que paran clases violación la ley.
--El SNTE debería promover un recuento laboral en las secciones de la SNTE para ver si efectivamente hay una mayoría que apoya o hay miles de maestros que son obligados por la dirección seccional a acudir a marchas y plantones y parar clases.
--Los gobiernos estatales deben recuperar el control, institucional de sus oficinas educativas que hoy son controladas por las secciones de la CNTE. Oaxaca debe disolver el IEEPO y reinstalar la SEP estatal en el gabinete.
--Un programa de emergencia por parte de la SEP para relanzar el contenido educativo con miras a educandos para los intereses nacionales, la producción y la solidaridad.
Recuento: hoy suman treinta y seis días escolares sin clases por el paro de la CNTE.