Wednesday, 24 de April de 2024


Se desploma la demanda de Plata en México: ¿Qué pasó?




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Hoy le tengo una noticia que no solo debemos verla como triste sino preocupante: en 2012, se desplomó de forma muy severa en México, la demanda por parte del público de las muy conocidas onzas de plata “Libertad”.  

 

Y le digo que es preocupante porque los números nos dicen que los mexicanos corremos a buscar la protección de nuestros ahorros y poder adquisitivo en la plata, cada vez que sentimos que viene una crisis económica o un periodo de alta inflación.

 

 

Así lo podemos ver en la gráfica siguiente: en el país hemos corrido a adquirir estas monedas en momentos difíciles como la recesión de 2001, a la que nos arrastró Estados Unidos, de alta inflación como en 2004 y de crisis global como la que inició en 2008.

 

 

Por eso se ven picos muy marcados en el gráfico: explotó la demanda. Sobre todo en 2008, año en que comenzó la Gran Recesión, pues la compra se disparó 340%, y continuó subiendo aún más en 2009.

 

 

Pero, una vez que comenzó a llegar el rebote de crecimiento, provocado por los trillones de dólares que los principales bancos centrales del mundo inyectaron a la economía –imprimiendo billetes, y los gobiernos derrochando con amplios déficits, todo comenzó a lucir “mejor”, en apariencia, de manera que aunque bajó el consumo de onzas Libertad en 2010 y 2011, se mantuvo por encima del millón de unidades vendidas anualmente.

 

 

Sin embargo para 2012, vemos con claridad cómo la colocación entre el público se desplomó más del 60 por ciento, a apenas 472 mil onzas.

 

 

Algo similar ocurrió en los Estados Unidos, donde el consumo de las llamadas Águilas de Plata, las principales onzas de inversión que se comercializan allá, también bajó, aunque solo poco más de 15 por ciento.

 

 

¿Qué está ocurriendo? Aquí lo grave: en ambos lados de la frontera, y en otras latitudes, una mentira que se ha repetido miles de veces, la gente ha comenzado a creer que es verdad. Claro, el mito de la recuperación económica global. El peligro, desde luego, es que este exceso de optimismo y confianza, hará que más y más personas se conviertan en víctimas de la crisis que viene.

 

 

Los mexicanos están confiados, pues las cosas aquí para ellos lucen más o menos bien. Tenemos un dólar barato y un nivel de inflación relativamente bajo, que combinan a la perfección con el dicho de moda de que en México, “hay sólidos fundamentos en la economía” que nos hacen más atractivos.

 

 

Por ejemplo, el INEGI dio a conocer esta semana que en la primera quincena de enero, el Índice Nacional de Precios al Consumidor (INPC) creció a una tasa anual de apenas 3.21 por ciento, que está dentro de la meta del Banco de México.

 

 

Esta baja en el ritmo del aumento de precios, llevó la semana pasada al Banxico, a insinuar que de confirmarse esta tendencia, podría incluso bajar su objetivo de Tasa de Interés Interbancaria a un día, que está en 4.5%.

 

 

La ilusión de que todo marcha bien parece completa.

 

 

Sin embargo, la realidad es que ninguno de los problemas de fondo, y que provocaron la recesión anterior, se han corregido.

 

 

Los estadounidense tienen ya señales de desaceleración que podrían acentuarse en los próximos trimestres, las tensiones en Europa no se han resuelto y Japón sigue rompiendo récord como el país más endeudado del planeta.

 

 

Mientras no se resuelva el exceso de deuda, consumo y crédito que enferma al sistema financiero global, no podremos hablar de una recuperación real.

 

 

Por eso, lejos de que sea un momento para no comprar onzas de plata, hay que hacerlo antes de que su demanda y su precio se vuelvan a disparar como años anteriores.

 

 

Su cotización ha oscilado los últimos meses alrededor de los 440 pesos, muy lejos de su máximo histórico de $610. Se debe aprovechar esta oportunidad, sobre todo si no se tiene ninguna de estas monedas. Más adelante, el panorama volverá a ser muy complicado, más vale prevenir a tiempo.

 

 

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