Thursday, 25 de April de 2024


¿Por qué perdimos?




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El resultado de cada elección es multifactorial, no se puede explicar una derrota a la luz de una sola causa.

En cada elección juegan factores internos y externos que inciden en el resultado de la elección, y algunos de ellos son más claros que otros, por ejemplo: Un factor externo MUY EVIDENTE fue la operación de las dependencias del gobierno del estado, desde –por lo menos- un año antes de la elección. Un factor interno igual de evidente fue, la simulación y traición de algunos priistas: gente no movió un dedo, o bien, gente que fingía apoyar al tricolor, cuando en realidad (por debajo del agua) apoyaban a candidatos del gobernador.

 

 

En ambos casos –la operación del gobierno, y las traiciones- son cosas que suceden en cada elección, sea cual sea, son cosas inherentes al poder, y resulta hasta tierno adjudicarle a estas dos causas la derrota.

 

 

La política es como el beisbol, gana quien comente menos errores, y nosotros cometimos más, por eso perdimos, ¡punto! No podemos basar un triunfo esperando que los otros dejen de hacer cosas, debimos de haber puesto énfasis en lo que hacíamos nosotros. ¿Cuáles fueron nuestros principales errores?

 

 

1. Confiar en “gurús extranjeros”. Depositar el control de la estructura electoral, en manos de operadores foráneos que no conocen el municipio (ni a los líderes) fue un craso error. No es lo mismo reforzar, que dirigir

 

 

2. Demasiados cambios en la estrategia de comunicación. Algunos medios informativos dieron cuenta de estos virajes (en total fueron 5 cambios desde el inicio de la campaña), que iban desde “Mejores resultados”, hasta la polémica estrategia de la Ü. Dicen los expertos que tantos cambios en una campaña (tan corta) son contraproducentes: “Quien comunica mucho, termina por no comunicar nada…”

 

 

3. Falta de contundencia en el discurso. Ante un gobierno autoritario como el actual, muchos ciudadanos esperaban encontrar un líder que evidenciara los abusos y excesos del gobernador y sus colaboradores. Alguien que señalara las cosas como son, sin temor (y quizá sin respeto). Alguien que alzara la voz y dijera con nombre y apellido a los responsables de tantos despilfarros y ocurrencias del gobierno. Alguien que propusiera un cambio, con base en un ejercicio de contraste. Los resultados indican que no logramos ser ese “alguien…”

 

 

4. Aceptar cosas buenas que parecían malas. En una campaña, ante los ojos de los ciudadanos, todo es responsabilidad del candidato (lo cual, no necesariamente es cierto), por lo tanto, se tiene que estar muy atento a lo que otros hacen “a nombre del candidato” o “tratando de ayudar al candidato”, por ejemplo, el controvertido bloguero Enrique Aquino –famoso por tener más de 200 mil “seguidores” en Twitter- a lo largo de la campaña se dedicó a confrontar y ofender a quien se atreviera a cuestionar o a disentir del proyecto de Agüera. La regla de oro en política es: CONVENCER, y si no se puede convencer, entonces: RESPETAR. El hecho de que Aquino, promoviera al candidato a punta de “tuitazos”, y que el candidato no se desligara de dicha “estrategia” terminó por lesionar su imagen. Caso similar con la nefasta declinación del Profe. Ceballos a favor de Agüera. No conozco un solo ciudadano que haya visto “bien” dicha declinación, por el contrario, el hecho de no haber rechazado públicamente tal gesto (por parte del equipo de campaña), fue interpretado como una estrategia entre ambos candidatos (un amarre pues) algo reprobable para los electores.

 

 

5. El lastre del góber precioso. Mario Marín es un político impresentable e indefendible. Ha pasado del desprestigio al repudio entre los ciudadanos. Luego entonces, no sé porqué muchos priistas hacen mutis cada que el PAN utiliza a Marín como bandera de campaña para golpearnos. ¿Por qué no se hace un deslinde tajante de este personaje de una vez por todas? ¿Por qué no decir que Marín manchó al PRI y que NO todos los priistas somos corruptos como él? No se necesita expulsarlo del Partido como algunos sugieren (ya se intentó en alguna ocasión, y no se tuvo éxito), basta con un posicionamiento claro respecto a este personaje para matar el tema de una vez por todas, de lo contrario, el PAN seguirá aprovechándose de la fórmula: PRI = Marín / Marín = corrupción.

 

 

Seguramente hubo más cosas en las que se falló, y otras tantas que se dejaron de hacer, pero estos cinco errores estaban en nuestras manos (de nadie más), se pudieron haber corregido o evitado, por lo tanto, la responsabilidad es nuestra. Echarle la culpa a otras cosas, es ocioso e inmaduro. Para corregir, primero hay que aceptar.

 

 

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