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La amistad con Peña Nieto sí se reflejó en la nómina federal




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Durante las cuatro negociaciones que han conducido, con dos legislaturas diferentes en San Lázaro, el promedio del incremento de los recursos federales ha sido un altísimo 8.4 por ciento gracias a la habilidad de cabildeo. El planteamiento se torna más difícil incluso si se toma en cuenta que los morenovallistas han lidiado con tres secretarios de Hacienda: Ernesto Cordero, José Antonio Meade y Luis Videgaray Caso

Más allá del mensaje simbólico que dio la tercera visita de Enrique Peña Nieto en pose totalmente cool hacia los poblanos y su gobernador, finalmente las dudas acerca de la supuesta inquina y distanciamiento del gobierno federal hacia Moreno Valle, se disiparon en el único balance fiel de una relación: el dinero. O como decían los viejos priistas: amistad que no se refleja en la nómina, es pura demagogia. El buen trato del peñanietismo se reflejó exactamente donde debía hacerlo: en el Presupuesto de Egresos de la Federación 2014 que dejó un incremento de 8.3 por ciento respecto del año anterior. Es decir, Puebla recibió 5 mil 200 millones de pesos más que en 2013, un aumento consistente con los porcentajes obtenidos en las negociaciones con el calderonismo. La diferencia del PAN al PRI en Los Pinos no se sintió.

 

 

El morenovallismo ha sido exitosísimo en arrancar recursos del gobierno federal para Puebla. Durante las cuatro negociaciones que han conducido, con dos legislaturas diferentes en San Lázaro, el promedio del incremento de los recursos federales ha sido un altísimo 8.4 por ciento gracias a la habilidad de cabildeo del gobernador Moreno Valle y de su eficientísimo secretario de Finanzas, Roberto Moya

 

 

En pleno periodo de transición, en noviembre de 2010, condujeron la primera negociación presupuestal pese a que los marinistas todavía ocupaban la SFA. Es la más exitosa hasta ahora, pues pasaron de 49 mil millones a programar para 2011 la cantidad de 53 mil 623 millones, un incremento directo de 9.4 por ciento.

 

 

La segunda negociación presupuestal ocurrió en noviembre de 2011. Con José Antonio Meade ya en Hacienda lograron para ejercer en 2012 un incremento neto de 4 mil 337 millones, en gran parte para financiar los festejos del 150 aniversario de la batalla del 5 de mayo, llegando a disponer de 57 mil 600 millones. Porcentualmente es la negociación más baja de las cuatro: “apenas” 7.41 por ciento.

 

 

La toma de posesión presidencial de Enrique Peña en diciembre de 2012 hizo que la negociación del PEF 2013 se moviera bajo la presión del reloj. Los amigos calderonistas le dejaron la mesa tendida a Moreno Valle y a Moya para que, pese al regreso del PRI a Los Pinos, hubiera un incremento de los dineros federales del orden del 8.5 por ciento para alcanzar los 62 mil 500 millones de pesos.

 

 

Por último, en la negociación que acaba de concluir, pese a la modificación del método que centralizó el cabildeo en la Secretaría de Hacienda y no en San Lázaro, no hubo nada de qué quejarse: aunque las primeras previsiones fueron pesimistas, Moreno Valle supo sacarle jugo a su posición en la Conago, así como el apoyo irrestricto que le dio a las reformas estratégicas de Peña Nieto: la amistad sí se reflejó en la nómina pues el crecimiento neto para 2014 será de 8.3 por ciento para alcanzar los 67 mil 700 millones. Por supuesto que nada mal.

 

 

Las negociaciones presupuestales de Moreno Valle han partido de un principio: lo obtenido el año anterior, más, por lo menos, la actualización del índice inflacionario. Un elemento a tomar en cuenta es que en las cuatro negociaciones presupuestales de 2010, 2011, 2012 y 2013, siempre se hay superado por mucho el índice inflacionario hasta casi duplicarlo. Gracias a ello, el monto absoluto de transferencias federales ha comenzado a acercarse a los de Jalisco, Veracruz y Nuevo León para terminar con años de reparto injusto del dinero. Por supuesto, a la cabeza sigue y seguirá el Distrito Federal, con muchos años de delantera.

 

 

Para cuando finalice el 2014, el morenovallismo habrá recibido de la Federación más de 240 mil millones de pesos: un monto absolutamente fuera de los parámetros que tuvieron otros ex gobernadores. El proceso de expansión presupuestal ha sido especialmente benéfico para Moreno Valle, pues lo ingresado en estos cuatro años no lo vieron ni por accidente en su sexenio Manuel Bartlett, Melquiades Morales o Mario Marín Torres.

 

 

Por supuesto, a la par también han crecido los ingresos locales propios por un orden de 3 mil 500 millones anuales. Total, Moreno Valle habrá dispuesto de 254 mil millones al finalizar su cuarto año de gobierno. Aunque, claro, otra cosa es la eficiencia del gasto.

 

 

 

 

 

 

 

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