A Javier N., niño que nació con ambigüedad sexual perteneciente a la junta auxiliar Ignacio Romero Vargas, le fue retirado el apoyo que recibía desde hace dos años por parte del Hospital del Niño Poblano (HNP), sin ninguna explicación de por medio.
Fue en noviembre de 2011 cuando la familia dio a conocer por primera vez la condición del menor, quien actualmente tiene 14 años de edad, tras múltiples discriminaciones del que ha sido víctima tanto en centros de salud como en escuelas, en donde fue expulsado debido a que los maestros lo consideraron como alguien anormal.
Tras conocer su caso a nivel nacional, los tres niveles de gobierno ofrecieron ayuda a la familia para que Javier fuera sometido a diagnósticos médicos que llevaran a su correcta operación, sin embargo fue únicamente el director del HNP, Mario Alberto González Palafox, quien asumió la responsabilidad de apoyarlo en toda la etapa de rehabilitación.
Y así lo cumplió a lo largo de dos años, pero hace dos semanas anunció a la familia que el hospital ya no cubrirá más ningún tipo de gasto relacionado con este caso.
Eso pese a que está programada la sexta operación del adolescente para el próximo 12 de diciembre, el cual consiste en la reconstrucción genital, una vez que en la primera etapa se determinó con varios estudios que Javier generaba más hormonas masculinas.
Ahora a pesar de que su mamá, Blanca Estela Méndez, ha tocado puertas ya ninguna persona quiere ayudarlos para que el menor siga con sus tratamientos que, entre otras cosas, consisten en recibir suministración de hormonas asexuales, hormonas de crecimiento por su baja estatura, además de anestesias y más cirugías, por lo que corre el riesgo de sufrir alteraciones.
Méndez dijo en entrevista que la situación es crítica ya que ante la falta de recursos, el niño se le ha dejado de suministrar medicamentos en las últimas dos semanas, debido a que cada paquete de hormonas cuesta cuatro mil, mientras que las anestesias que generalmente requiere oscilan los 7 mil pesos y las operaciones van de 20 a 40 mil.
El único político que ha apoyado a esta familia de manera esporádica es el diputado local del Partido Acción Nacional (PAN) Rafael von Rasfel, según la señora, pues recientemente fue discriminada por la presidenta del Sistema Municipal DIF, Liliana Ortiz de Rivera, cuando ella se acercó para plantearle su situación y pedir apoyo.
“No voy a sacar de mi dinero para darte para esos medicamentos. No tengo ninguna obligación, si quieres manda un escrito al DIF, pero no es seguro”, fue la respuesta que Ortiz de Rivera le dio personalmente a la señora cuando pidió su apoyo para la recuperación de Javier.
Recurrió a este medio para solicitar al gobernador, Rafael Moreno Valle, no le sea retirada la ayuda, ya que aún no se sabe cuántas intervenciones quirúrgicas más necesita.
Sin saber leer ni escribir
A dos años de que la Secretaría de Educación Pública (SEP) le designó un profesor —tras la denuncia de que en varias ocasiones fue expulsado de las escuelas— Javier aún no ha aprendido a leer ni a escribir.
La madre admite que la dependencia sí dio el apoyo, pero el menor no ha podido acudir a la escuela de adultos en la Romero Vargas debido a sus constantes operaciones que se lo han impedido.
Javier nació el 3 de enero de 1999 con ambos sexos, y ante la falta de dinero no recibió atención médica inmediata, y hasta los 12 años no había sido admitido en alguna institución pública.