“Ya llegó, ya llegó”, el coro de miles de gargantas resonó a lo largo y ancho del estadio de beisbol de Ciudad Universitaria. El grupo jalisciense Playa Limbo ya sonaba en el escenario. Miles de jóvenes de preparatoria y licenciatura de las diferentes escuelas y facultades de la BUAP coreaban elevando las manos. Así recibieron al rector Enrique Agüera Ibáñez, quien alrededor del mediodía hizo su arribo al sitio.

Una y otra vez, mientras Agüera Ibáñez los saludaba de mano, los jóvenes estudiantes no cesaron de corear y extender los brazos.

El sol del mediodía no causaba estragos en aquellos rostros juveniles que cantaban los temas del grupo pop originario de Guadalajara, Jalisco, al tiempo que sonreían y elevaban los brazos para saludar al rector de la máxima casa de estudios en el estado.

Playa Limbo festejaba con el público poblano la llegada del rector y tocó diversos temas, entre propios y “prestados”.

Frente al grupo y bajo el rayo de sol, el rector Enrique Agüera permaneció de pie para escucharlos. De vez en vez lanzaba una mirada a la muchachada, miles, quizá 10 mil almas, concentradas en el estadio de beisbol de CU para escuchar el concierto de Playa Limbo.

Los globos de corazones rojos ondeaban en el aire, mecidos por una suave brisa que no menguaba el sol de las 2 de la tarde, cuando Playa Limbo cerró el concierto frente a una multitud que no dejó de sonreír, cantar y bailar.

Afuera del estadio de beisbol seguía la fiesta. La romería enfilaba sus pasos hacia los puestos de antojitos, los locales para el casorio en el Día de San Valentín, los concursos de baile, los juegos mecánicos. El día aún era joven.