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Apenas en octubre, el mundo observó con horror cómo 360 personas originarias de África, fallecieron ahogadas a unos metros de la isla italiana de Lampedusa. Pero la muerte está presente también en el camino entre Indonesia y Australia; frente a las costas de Tailandia; los centroamericanos que cruzan de México a Estados Unidos son objeto de violaciones, robos, palizas y asesinatos; los migrantes africanos mueren de sed en el desierto.
Sólo en 2013, se confirmó la muerte de 2 mil 360 migrantes irregulares en distintas partes del mundo, sin contar con aquellos que “fallecieron anónimamente en desiertos, océanos u otros accidentes” . “¿Por qué la gente arriesga sus vidas y las de sus familias, una y otra vez, a cada hora, todos los días?” , se pregunta William Lacy Swing, director general de la Organización Internacional de las Migraciones, en este Día Internacional del Migrante.
La respuesta es simple: desesperación. Este año, pudo haberse cobrado un número récord de muertes de migrantes y quien intenta salir de su lugar de origen sin documentos para llegar a otro país lo sabe bien. Si lo hace, es por desesperación. Con preocupación, Lacy Swing advierte que países antes amigables con los migrantes de países más pobres y desesperados, lo han dejado de ser.
Y hay una relación directa entre los controles fronterizos más severos y el incremento en el tráfico ilegal de personas. Ese negocio ilícito, asciende a 35 mil millones de dólares anuales. Quien va a migrar irregularmente, conoce bien de esos riesgos, pero “esa desesperación hace que el riesgo mortal que corren sea una apuesta que merece la pena”.
“Resulta paradójico, sin embargo, que en un período en que una de cada siete personas en el mundo son, de alguna forma, migrantes (y más de 232 millones de personas vive fuera de su país natal), asistamos a una dura respuesta a la migración en el mundo desarrollado”.
Por eso, la propuesta de la OIM es gestionar la migración; que las políticas velen por los derechos humanos de quienes migran y los empleadores de países con escasez de mano de obra, contraten a quienes están desesperados por trabajar, cuidando que no sean víctimas de explotación o violencia de género.
La Organización Internacional de las Migraciones propone un enfoque de gobierno integrado, que abarque a toda la sociedad, en el interés de las comunidades, la población y, sobre todo los migrantes. “Ha llegado la hora de actuar, de salvar las vidas de los migrantes que corren el riesgo de perderla en su empeño desesperado por cruzar fronteras cada vez más restrictivas” .