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Hace veinte años atrás, el 10 de diciembre de 1993, los escaparates de las tiendas (y las revistas que regalaban shareware) atestiguaron el debut de Doom, el videojuego que revolucionó a la industria y masificó en el imaginario colectivo el género de los FPS, siglas de First Person Shooter o juego de disparos en primera persona.
Los juegos más exitosos de la industria hoy en día como las sagas de Bioshock, Halo, Gears of War y Call of Duty, se deben a que en los noventa id Software (los desarrolladores del Doom, y además del Wolfenstein 3D y Quake) asustó a miles con la saga del marine que debía matar hordas y hordas de demonios en una de las lunas de Marte.
"El género del FPS es probablemente la cosa más importante que sucedió gracias a Doom", afirmó John Carmack, co fundador de id Software, programador principal del videojuego y actual jefe de tecnología del Oculus VR. "Lo más relevante es que de todas las personas influenciadas por Doom, ¿quién sabe cuántos tras jugarlo decidieron que querían hacer algo así?".
