Esta semana la Procuraduría General de la República (PGR) enviará a Europa los primeros restos de personas que fueron asesinadas e incineradas en Guerrero, con la finalidad de que se realicen análisis que permitan identificarlos y corroborar si se trata de los normalistas desaparecidos.

Fuentes federales confirmaron que se enviarán dos muestras a los laboratorios de la Universidad de Innsbruck, en Austria, que corresponden a una rótula y a otro fragmento de hueso en relativo buen estado. Se eligieron dichas muestras porque, según los especialistas del Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF), son las que tienen mayores posibilidades de obtener ADN útil.

Estos restos fueron ubicados por agentes federales dentro de una bolsa de color negra en un paraje de Cocula. Según declaraciones por separado de dos personas detenidas, corresponden a personas que fueron asesinadas e incineradas la noche del 26 de septiembre.

En la PGR indicaron que los laboratorios austriacos realizarán una serie de pruebas genéticas mitocondriales y posteriormente serán trasladados a laboratorios en España para una nueva cadena de análisis y una corroboración de los resultados que se obtengan.

El titular de la PGR, Jesús Murillo Karam, reconoció en una entrevista ayer que no se puede asegurar totalmente el éxito de estos exámenes genéticos, porque depende de la calidad del material que logre extraerse pero insistió en que se hará todo lo posible.

Fuentes federales indicaron que de acuerdo con la opinión de los especialistas la probabilidad de éxito de las pruebas mitocondriales depende de la muestra en particular, pero puede ir de un rango de 40 por ciento a 90 por ciento.

En la PGR advirtieron que, de acuerdo con los expertos consultados en Estados Unidos y Alemania, los resultados de la identificación mitocondrial puede llevar varios meses e incluso más de un año.

“Los hicimos polvo”

Murillo Karam reveló ayer en una entrevista radiofónica que, de acuerdo con la declaración de Sidronio Casarrubias, líder del grupo criminal conocido como Guerreros Unidos, las personas secuestradas en Iguala el 26 de septiembre fueron incineradas con el objetivo de que no quedara rastro de ellos.

“Los hicimos polvo y los echamos al agua, nunca los van a encontrar”, fue el mensaje de texto por celular que envió Gildardo López Astudillo, alias “El Gil”, a Casarrubias, según la declaración de este último.