Como pocas veces una institución se convierte en escenario de los reflectores nacionales.
Ya una vez ocurrió con la Suprema Corte de Justicia de la Nación cuando el entonces gobernador Mario Marín Torres fue sometido a dos investigaciones por el mayor órgano judicial del país.
Hoy las miradas de todos los medios nacionales están puestas en la Comisión Nacional de los Derechos Humanos y su presidente, el desprestigiado Raúl Plascencia Villanueva.
Cabe subrayarse que la CNDH y su titular se encuentran con el caso Chalchihuapan en el peor de sus momentos.
La pesadilla de Plascencia comenzó hace unos meses, concretamente el jueves 30 de enero, cuando el Diputado Federal Ricardo Mejía Berdeja, (del Partido Movimiento Ciudadano), publicó una carta en el diario Reforma en el que increpó en varios puntos precisos el papel omiso y ausente del ombudsman mexicano.
La carta de Mejía abordaba puntos y casos específicos en los cuales la CNDH no había dado respuesta o en todo caso su acción fue dolosamente tardía.
Durante años Raúl Plascencia Villanueva condujo al órgano con bajo perfil, evitando los aspavientos, pero el escrito de Mejía Berdeja abrió la “caja de Pandora”. A partir de ese momento las acusaciones, señalamientos, cuestionamientos sobre el papel del presidente de la CNDH fueron subiendo de tono.
El manto que lo cubría se fue diluyendo. El enorme presupuesto de la dependencia fue contrastado con los magros resultados que ofrece a la sociedad mexicana.
El punto álgido de esta catarata de señalamientos llegó el pasado domingo 7, cuando el diario Reforma reveló en su columna institucional“Templo Mayor”que Plascencia sostuvo reuniones privadas con el gobernador Moreno Valle.
El otro diario más importante del país continuó con argumentos devastadores. Apenas ayer lunes 8 El Universal llevó en su titular principal “Perciben lenta y cara a la CNDH”.
Los rotativos más influyentes del país exhiben la opacidad, la incompetencia, pero sobre todo los intereses particulares que han caracterizado la gestión de Plascencia Villanueva.
En este contexto ocurren los sucesos violentos de Chalchihuapan y la muerte lamentable y vergonzosa de un menor de edad.
La resolución de Plascencia, sea la que sea, no va a exonerarlo de una gestión indolente. Pero si puede convertirse en el clavo final que selle su ataúd político.
Una resolución a modo es en estos momentos moralmente imposible. Y la lógica indica que Plascencia emitirá un “misil” sobre Puebla (como lo apuntara Carlos Loret), pero con efectos controlados.
Lo hemos dicho una y otra vez. Quienes piensen que Chalchihuapan canceló la carrera presidencial de Moreno Valle están gravemente equivocados.
Por supuesto, para Rafael es un tropiezo enorme, de las mismas dimensiones que el proyecto político que encabeza. Pero ese episodio no lo va a detener y mucho menos lo va a doblegar. Hemos descrito al ejecutivocomo el malabarista que camina sobre una cuerda floja, pero que no va a retroceder y mucho menos se va a bajar.
Maestro de la cartografía política el mandatario está preparado para recibir el “misil”, sabe que el impacto tendrá un costo político elevadísimo y que fue la demolición de la candidatura común; esa que le hubiera permitido contender bajo las siglas de PAN y PRD en un proceso presidencial.
Pero aún con el proyecto accidentado y abollado, continuará avanzando.
Por las noches en la soledad de Casa Puebla, Rafael Moreno Valle piensa que quienes más daño le han hecho no son sus adversarios en la esfera nacional, sino aquellos secretarios incompetentes, torpes, llenos de una soberbia desbordada que provocaron de un conflicto en una pequeña comunidad el mayor tropiezo de su carrera.
Si el gobernador quiere reencauzar su carrera tiene que eliminar de su estructura a quienes no le aportan y solo le restan. Debe erradicar a los mismos que piensan que se puede hacer política confrontándose con todos.
Como siempre estamos a sus órdenes en cupula99@yahoo.com, sin mx.
