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EPN cercado por la comunidad internacional




Escrito por  Javier Arellano Ramírez
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Las lecturas son indiscutibles.

Claramente anticipan la etapa en que entrará el caos nacional.

 

Hace unos días el analista internacional Edgardo Buscaglia ofreció una entrevista al canal de televisión por internet “Rompeviento”; ahí el observador de Naciones Unidas aseguró que ningún estado en descomposición ha podido regenerarse por sí mismo. Citó los casos de Colombia, Italia e Indonesia, naciones donde el crimen organizado y la corrupción permearon todos los niveles de la política y los sistemas de justicia.

 

“En ninguno de estos casos los gobiernos pudieron regenerarse por sí mismos, no existen antecedentes, ni registros, de que algún estado lo haya logrado”.

 

Buscaglia aseguró que los estados que han tocado fondo en materia de descomposición política se ven obligados por la comunidad internacional y por los movimientos sociales a modificar sus corruptas inercias.

 

Y volvió a abundar sobre Colombia e Italia que durante algunas etapas se convirtieron en verdaderos narco-estados, con estructuras completamente cooptadas por la delincuencia organizada, pero que pudieron superar sus estados de putrefacción.

 

En el caso de México existen claros indicios de que esto ha comenzado a ocurrir.

 

El tema de Ayotzinapa ha llegado hasta las más altas esferas de la política global: el parlamento europeo y la Casa Blanca.

 

Hace apenas unas horas el presidente Barack Obama y el Secretario de Estado John Kerry se vieron precisados a fijar su postura sobre México. Mientras tanto en el parlamento europeo, los escaños fueron ocupados por láminas con el rostro de los normalistas desaparecidos.

 

Ayotzinapa dejó de ser un tema local, para convertirse en un movimiento global. Esto con la clara intención de que la comunidad internacional, a través de sus organismos, apliquen sanciones en contra del gobierno mexicano.

 

Por supuesto, banderas y argumentos no les faltarán a los activistas globales.

 

Hace unas horas un joven mexicano interrumpió la ceremonia de entrega del Premio Nobel de la Paz a la adolescente paquistaní Malala Yousafzai. La fotografía del connacional sosteniendo la bandera e irrumpiendo abruptamente en un escenario internacional aparece en todos los medios del orbe.

 

Hoy se sabe que Adán Cortés Salas, de 21 años de edad, es estudiante de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM y que ha solicitado asilo político en Noruega.

 

Todos estos elementos son piezas de un rompecabezas.

 

Cada acto, cada declaración abona en favor de una condena internacional al gobierno de Enrique Peña Nieto. Se está creando el ambiente para que las sanciones sean inapelables.

 

El daño a la imagen de México es enorme. El país necesitará décadas enteras para recuperarse de esta campaña internacional. Pero tal parece que es la única manera de presionar al sistema político mexicano a tomar las medidas necesarias para someterse a los tratamientos de rigor.

 

Fue evidente que en el gobierno de Felipe Calderón se orquestó un tramado para cooptar a los intelectuales.

 

Así el desaparecido Carlos Fuentes, aquel mismo que en 1968 estalló contra Gustavo Díaz Ordaz, guardó un completo silencio frente al genocidio mexicano. Enrique Krauze en sus “Letras Libres” fue por demás condescendiente frente a las cifras de 60 mil, 80 mil, 100 mil muertos y por ese mismo periodo Jorge G. Castañeda cesó su característica virulencia.

 

Y qué decir de “Nexos” de Héctor Aguilar Camín quien dio foro sin límites y sin restricciones al guerrillero Joaquín Villalobos, ahora convertido en “asesor” y a quien “La Jornada” calificó como “el intelectual del calderonismo”.

 

En contrario sensu hoy vemos a Castañeda vía satélite desde Nueva York embistiendo al presidente Peña Nieto en cada oportunidad que le ofrece Milenio Televisión.

 

Aguilar Camín ha dejado de dar tribuna a las voces que argumentaban las “falsedades” de la guerra y Enrique Krauze expone la imperiosa necesidad de que Peña Nieto ofrezca disculpas a los mexicanos.

 

La embestida intelectual contra el presidencialismo fallido es unánime. Si las voces más acreditadas de México coinciden es porque ya nada queda por defender.

 

Apenas va en su segundo año y Peña Nieto ya esta desterrado de las páginas nacionales.

 

 

 

 

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