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RMV el candidato de Slim, de Azcárraga, de Narro... ah y del PAN




Escrito por  Javier Arellano Ramírez
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Se acabaron las insinuaciones, las indirectas, los eufemismos.

El Partido Acción Nacional es el primero que arranca formalmente una abierta campaña presidencial.

 

 

Está utilizando los recursos y los espacios que le proporciona el Instituto Nacional Electoral para promover, en todo el país, spots de radio y televisión con la imagen del gobernador Rafael Moreno Valle.

 

 

Se está ofertando al poblano como el ejemplo nacional de un atingente gobierno albiazul; las obras en la Angelópolis son la carta de presentación de un panista que conduce una administración exitosa. Por lo menos ese es el mensaje de los spots con el slogan publicitario: “Acción Nacional transformación que se vive”.

 

 

Repetimos, se acabaron los disimulos y las alusiones. El PAN ya está en campaña presidencial y su candidato se llama Rafael Moreno Valle Rosas.

 

 

Desde hace semanas el periodista Álvaro Delgado había anticipado un pacto entre el gobernador de Puebla y Gustavo Madero, quien por el momento prefiere buscar la candidatura al gobierno de Chihuahua. El acuerdo fue sellado y desde ese momento todo el aparato azul se cargó rumbo al 2018 con una sola consigna: recuperar Los Pinos.

 

 

Pero en este momento se presenta como toral la pregunta: ¿es el PAN el gran motor que empuja la campaña presidencial de Rafael?

 

 

Y la respuesta es: no, de ninguna manera.

 

 

Acción Nacional solo es el vehículo de alquiler, el taxi que tomará el aspirante para llegar a su objetivo.

 

 

En realidad el Ejecutivo local basa su carrera en el apoyo de dos poderes fácticos nacionales (e incluso internacionales): su amistad personal con Carlos Slim Domit y con Emilio Azcárraga Jean.

 

 

Por el propio nivel social, económico y financiero de la familia Moreno Valle Rosas, el joven Rafael siempre mantuvo magníficas relaciones con quienes hoy son pilares de su proyecto político.

 

 

Cuando Moreno Valle era estudiante en Harvard eran frecuentes, constantes, sus viajes a Nueva York para sostener animados fines de semana con su amigo Emilio Azcárraga Jean.

 

 

Por esos años también eran frecuentes las pláticas, los convites con el joven Carlos Slim Domit.

 

 

Y aunque los hechos colocaron a la familia Slim enfrente de la familia Azcárraga, pocos son los protagonistas de la vida nacional que gozan de la amistad, la confianza y el aprecio de ambos clanes. Uno de ellos es el gobernador Rafael Moreno Valle.

 

 

Slim sostiene una puja con Azcárraga que se refleja en batallas de enormes capitales, pero sobre todo de inconmensurables egos. Pero esto en nada afecta a Moreno Valle, quien es el único agente político que ha sabido conservar y cultivar la amistad de ambos.

 

 

En este momento se hace vital el papel que Slim Helú jugará en la elección presidencial de 2018.

 

 

Hace apenas unos días el magnate mexicano se convirtió en el principal accionista del diario The New York Times. Por supuesto esto representa una indiscutible influencia en la línea editorial de un periódico cuyas columnas, artículos y reportajes pueden encumbrar o desbarrancar cualquier carrera política en el orbe.

 

 

Un editorial del New York Times puede ser decisivo en una contienda presidencial, no sólo en México, sino en Europa o Asia.

 

 

Ese es el tamaño de los verdaderos padrinos de Moreno Valle.

 

 

No, no deben confundirse los factores involucrados. Gustavo Madero sólo es el taxista que conduce el vehículo azul que busca llevar a Moreno Valle a Los Pinos. Pero quienes controlan el tráfico, los semáforos y cualquier otro incidente vial son los poderes fácticos.

 

 

El tema de Chalchihuapan, sus pérdidas y daños, se irán al más helado de los frigoríficos.

 

 

Y es que ni por equivocación Luis Raúl González Pérez, el recién nombrado ombudsman habrá de sacudir el polvo que ya pesa sobre el expediente poblano.

 

 

El tema es muy sencillo, pero sobre éste poco se ha abundado.

 

 

Luis Raúl González Pérez fue el candidato a la Comisión Nacional de los Derechos Humanos, propuesto por el Doctor José Narro Robles, rector de la Universidad Nacional Autónoma de México.

 

 

En los últimos meses de su fatídica gestión en la CNDH Raúl Plascencia Villanueva abrió varios frentes de guerra, entre ellos un frontal choque con el rector Narro. A la larga, finalmente Plascencia tuvo que recular, pero los focos rojos ya estaban encendidos en el edificio de rectoría.

 

 

Para Narro era inaceptable que la institución estuviera nuevamente sometida al juicio de otro ombudsman. Por eso surgió la propuesta de Luis Raúl González Pérez, abogado general de la UNAM, como candidato a presidente de la CNDH.

 

 

Pero aparte de Narro otro agente político tenía un interés mayúsculo en impedir que un nuevo ombudsman se convirtiera en un obstáculo, en una piedra en el zapato para su proyecto presidencial.

 

 

El gobernador Moreno Valle fue severamente afectado por la resolución de la CNDH de Plascencia que desmentía las hipótesis oficiales del “cohetón” y la “onda expansiva”. Las conclusiones de la Comisión fueron un fuerte revés mediático para el gobierno poblano, mismo que durante semanas sostuvo sus tesis como versiones infalibles.

 

 

Medios nacionales como Excélsior y La Razón se casaron con esas explicaciones que al final fueron exhibidas como falacias.

 

 

Ante los hechos, Moreno Valle Rosas no podía permanecer de brazos cruzados ante la designación de un nuevo ombudsman. Por esta razón decidió emprender todas sus baterías. Y tuvo un operador de lujo.

 

 

El cuarto de guerra desde donde se propuso y se apuntaló la candidatura de Luis Raúl González Pérez fue la “Fundación UNAM”. El gobernador Moreno Valle recurrió a su operador de lujo, quien tiene una indiscutible influencia moral en dicho órgano.

 

 

Frente a esto queda en claro que la designación de Luis Raúl González Pérez se debe los buenos oficios del rector Narro y de la “Fundación UNAM” y que a ellos sabrá responder.

 

 

Esta es una fotografía de la autopista que recorre Moreno Valle en su carrera presidencial. Todo parece un escenario magnífico y promisorio. Sin embargo la política es la más inexacta y más incierta de las ciencias.

 

 

Aún faltan cuatro años y muchas cosas pueden ocurrir.

 

 

Como siempre quedo a sus órdenes en cupula99@yahoo.com, sin mx.

 

 

 

 

 

 

 

 

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