Saturday, 20 de April de 2024


Puebla: Salud y seguridad social Reflexiones sobre su carencia en nuestro estado




Escrito por  Dr. Guillermo Deloya Cobián
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El acceso a los servicios de salud y a la seguridad social son indicadores importantes que se utilizan (sobre todo por los organismos internacionales) para medir la pobreza en el país. Sin dejar de observar que en ambos casos, además, se trata de derechos constitucionales que garantizan el pleno desarrollo social y que no deben estar sujetos o condicionados a la capacidad económica de las personas.

En este orden de ideas, deviene importante preguntarnos cómo es que el estado de Puebla padece de estas carencias en un grado lacerante, ofensivo e inaceptable. Como primer dato ilustrativo de la situación se puede anticipar que, de acuerdo con la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición (Ensanut) 2012, en nuestro estado el 29.4 por ciento, es decir, 1.5 millones de personas no tienen acceso a los servicios de salud. Esta situación es uno de los factores por los que  Puebla cuenta con nueve de los 125 municipios con menor Índice de Desarrollo Humano (IDH) en el país, situación no menor.

 

 

Cabe advertir que sólo 26 por ciento de nuestra población en el estado tiene acceso a alguno de los sistemas de seguridad social. Además, para atender a las más de 3.8 millones de personas que no están en esta  situación, la Secretaria de Salud estatal reporta poco más de 3 mil 500 médicos, lo que significa un promedio de 1.3 por cada mil habitantes, cantidad por debajo del promedio nacional que es de 1.5.Por otra parte, en Puebla hay 4 mil enfermeras, esto es, un promedio de 1.5 por cada mil habitantes, mientras que en el país el promedio es de 2.2. Estas cifras ilustran cuán insuficiente es la atención de las instituciones de seguridad social para atender la demanda de nuestros paisanos.

 

 

A lo anterior hay que agregar la existencia de unidades inoperantes o por debajo de su potencial de servicio por carecer simultáneamente de personal adecuado, medicamentos y equipo médico suficientes.

 

 

Si se atiende al Informe sobre Competitividad Social en México 2012, elaborado por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), Puebla está colocada como la quinta entidad con las peores condiciones para acceder a la salud, pues de los 2.5 millones de personas con alguna ocupación en el estado, menos de 521 mil tienen acceso a los servicios de salud.

 

 

Con base en indicadores más específicos, se puede afirmar que nuestra entidad ocupa la cuarta posición nacional con el mayor índice de mujeres que tienen menos acceso a los servicios de salud y el tercer lugar en el país con el mayor índice de fallecimientos por males prevenibles. Recordemos además que la entidad presenta una de las tasas más altas de mortalidad infantil en el país, siendo el sexto lugar en mortalidad de los pequeños.

 

 

Como es lógico pensar, la población del estado presenta enfermedades vinculadas con la pobreza y la desnutrición, como padecimientos infecciosos y enfermedades crónico-degenerativas así como las derivadas de obesidad, las cardiopatías y la diabetes mellitus. En la actualidad la incidencia que tienen estos males a nivel nacional y estatal es desalentadora.En Puebla, 76 de cada 100 habitantes mueren por causa de estas enfermedades, mientras que en el plano nacional esta cifra ascendió a 67 personas, de acuerdo a la información vertida por las instituciones de salud.

 

 

Ante este problema, se hace latente la inmediata necesidad de atención; es preciso que las autoridades consideren la posibilidad de ampliar horarios de atención médica, sobre todo en aquellas servicios que garanticen la atención de urgencias en el sistema hospitalario; incrementar la cobertura de las acciones de prevención y remontar la posición del estado en cuanto a la incidencia de enfermedades prevenibles por vacunación y por revisiones médicas regulares, así como garantizar el abasto de medicamentos del cuadro básico estatal en el primer nivel de atención. En otras palabras, se hace necesario ver y atender un problema con acciones eficaces y no con publicidad maquillada para estos temas.

 

 

Por supuesto, los servicios de salud y seguridad social que prestan nuestras instituciones, deberán ser realizados con calidad, calidez, equidad y transparencia, con respeto a los derechos humanos de los pacientes y de sus familiares.

 

 

 

 

 

 

 

 

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