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Misión: matar al Kraken




Escrito por  Jesús Ramos
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La reaparición de Mario Marín Torres pinchó la hiel del morenovallismo. Lo tomaron como si el Kraken hubiese salido de su guarida marina para hundir sus barcos y exterminar sus clanes. Y eso sí enchila, quema como brasa ardiente. Dicen que al buen entendedor pocas palabras y, para muchos, parece ser que así fue. Fue una declaratoria de guerra. ¿O se puede interpretar de otra manera?

Como sea. Los políticos son más sensibles de lo que afirman y los morenovallistas, cuentan los enterados, respondieron como los merititos machos y gestionaron en las oficinas de Televisa para que el obús con forma de película y que narra la vida y obra de don Mario Marín en su papel de gobernador de Puebla se estrene no en diciembre, de acuerdo a la calendarización normal de las carteleras, sino por ahí de octubre y noviembre.

 

 

En lenguaje campechano quieren asesinar al Kraken de un sólo chingadazo. Nomás de un tiro borrarle la sonrisa que le vieron en la pasada sesión extraordinaria del PRI y matar las ansias que sus seguidores tienen de mordisquear de nuevo el hueso que una vez fue suyo pero que dejó de serlo desde que perdieron el poder.

 

 

Ya se ha dicho. La película, bajo la dirección de Luis Estrada, tiene escenas duras y rancias de la manera como se conducen los gobernantes en sus puestos, sus excesos, abusos, arbitrariedades, satisfacciones sexuales, extorsiones, robos y cinismos. La bala promete ser expansiva pues los colaboradores de Marín en su sexenio también aparecerán en el cumplimiento de las órdenes.

 

 

Dios agarre confesados a los de entonces si el chingadazo es del tamaño que prometen porque salpicaría heces para tantos lados que las paredes limpias de Puebla serán pocas y a tantos políticos de su sexenio que los intactos se contarán con los dedos de una mano. En los bajos mundos de la política se asegura que los morenovallistas ya se frotan las manos, en actitud siniestra, como saboreándose el guajolote antes de retorcerle el pescuezo.

 

 

Prudencia. Mesura. Cautela, señores morenovallistas y marinistas. No se aceleren feo, porque cuando una cosa de ese tamaño se avienta a las salas de cine se deben medir todo tipo de consecuencias, es lo recomendable. La imaginación se nutre de la fascinación. ¿Por qué? Porque si la bala es tan expansiva como se ha filtrado a la clase política, se deben trazar algunos cálculos. Medirle el agua a los camotes pues. ¿Qué repercusiones podría acarrear a Rafael Moreno Valle el filme de Marín? ¿Qué pediría el priismo nacional? ¿Ojo por ojo diente por diente? ¿Con qué virulencia podría responder el gobierno federal? ¿Se cuenta con la limpieza necesaria como para aventar la primera piedra?

 

 

Resulta aventurado atreverse a pronosticar en qué terminará el asesinato del Kraken con una cinta cinematográfica. Por supuesto que acabarían con él y los suyos, no se duda, pero creo que el costo podría ser demasiado alto porque quienes dan fe del contenido aseguran que irremediablemente la bala expansiva alcanzará al presidente de la república y a la dirigencia nacional del PRI.

 

 

 

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