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Intelectuales críticos




Escrito por  Gabriel Sánchez Andraca
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El pasado viernes en la ciudad de México hubo un acto conmemorativo del 25 aniversario de Conculta que estuvo presidido por el presidente Enrique Peña Nieto y al que concurrieron destacados intelectuales mexicanos, a nombre de los cuales habló el poeta, periodista y embajador Hugo Gutiérrez Vega.

Gutiérrez Vega fue desde su juventud un orador extraordinario, como pocos ha habido en este país.

 

 

Este columnista lo conoció en la plaza pública de una pequeña ciudad del estado de Guerrero a donde llegó como orador del candidato panista a la Presidencia de la República, Luis H. Álvarez. Salíamos de clase los alumnos de la entonces única secundaria de nuestro pueblo, y escuchamos a unos jóvenes que arriba de una camioneta lanzaban ataques contra las autoridades municipales. Estaríamos en total, incluyéndonos a nosotros, aproximadamente veinte personas cuando arribó Álvarez y sus acompañantes, entre ellos un joven alto, con guayabera blanca y con un sobrero tipo tejano.

 

 

Subió a la camioneta y pidió el micrófono y empezó a hablar. Lo hacía en un tono enérgico, con una potente y bien modulada voz, lo que atrajo a muchas de las personas que andaban por ahí cerca.

 

 

La audiencia se multiplicó en unos minutos y habría ya casi doscientas personas. Fue un discurso contra el gobierno federal, contra el sistema priista, manejando argumentos que parecían en ese momento irrebatibles. Estamos seguros de que por lo menos unas cien personas que lo escucharon votaron por primera vez por el PAN, partido que nunca ha tenido presencia ni siquiera regular en el estado de Guerrero.

 

 

Nosotros, por fortuna, todavía no teníamos la edad de votar, si así hubiera sido tal vez también hubiéramos votado por ellos.

 

 

Desde entonces se nos quedó grabado el nombre de Hugo Gutiérrez Vega.

 

 

Lo volvimos a escuchar en unas vacaciones en la ciudad de México a donde residía la abuela paterna, pues leímos que los panistas cerrarían sus mítines de los sábados en la confluencia de las calles San Juan de Letrán y avenida Juárez, en el Centro Histórico, con los oradores que el candidato Luis H. Álvarez había tenido en su campaña, entre ellos Gutiérrez Vega y un poblano de Teziutlán, Manuel Rodríguez Lapuente, también buen orador.

 

 

Ya estábamos en Puebla y una tarde al atravesar el tercer patio del edificio Carolino, escuchamos a través de micrófonos una voz que nos pareció conocida y subimos al salón Barroco para ver de quién se trataba, dos compañeros de leyes y yo, y lo que supuse resultó cierto: era Gutiérrez Vega dictando una conferencia.

 

 

Bueno, pues este personaje, que por fortuna dejó al panismo para convertirse en un librepensador, se lució el viernes con un discurso breve pero dicho en la forma en que él sabe hacerlo y ante el presidente Peña Nieto.

 

 

Un discurso que elogió el trabajo de Conaculta, fundado por Víctor Flores Olea y consolidado por Rafael Tovar y de Teresa, que ha permitido el desarrollo de los creadores, sin taxativas de ninguna especie, sin buscar convertir a los creadores en intelectuales orgánicos. Dijo que el Sistema de Creadores es uno de los más generosos, de los pocos que hay en el mundo.

 

 

Se rompió con la tradición posrevolucionaria

 

 

“Durante 12 años el odio conservador a la cultura y al estado laico rompió con esa tradición posrevolucionaria, y se disfrazó con un gigantismo absurdo y contraproducente” dijo refiriéndose a los gobiernos de Vicente Fox y de Felipe Calderón.

 

 

“Hace unos días el presidente de la República afirmó que es necesario incrementar el diálogo entre el poder político y los intelectuales. Se refería sin duda a los intelectuales capaces de escuchar los diferentes puntos de vista de la sociedad civil. Es claro que ese diálogo tendrá momentos de discusión y de controversia, pues se celebra cuando es más urgente la necesidad de analizar las modificaciones al modelo socioeconómico, ya que el neoliberalismo sólo ha favorecido a los barones dueños del país.

 

 

”El gran ensayista portugués Almeida Garret, para afirmar el papel de regulador de la economía que debe cumplir el estado advertía: un gobierno en peligro es aquel que deja comer de más a sus barones”.

 

 

Más adelante señaló: “conviene que hablemos de las reformas constitucionales y de su impacto en la vida económica, en la sociedad civil y en la soberanía de la nación; de la situación de los indígenas que viven como extranjeros en su propia tierra, y de la violencia desatada en el sexenio sangriento que sigue destrozando el tejido social del país”.

 

 

Y finalizó diciendo que son fundamentales los temas que debe abarcar ese diálogo imprescindible con el cual trataremos de recuperar la tradición posrevolucionaria, que fue entendida no como una lápida, sino como un capitel sobre el cual se construiría un futuro mejor.

 

 

Ejemplo para los políticos de hoy

 

 

Sin duda hay intelectuales de la calidad de Hugo Gutiérrez Vega en el país que podrían contribuir a la solución de los graves problemas que confrontamos.

 

 

Las críticas hechas a los gobiernos panistas y al sistema neoliberal impuesto por gobiernos priistas no fueron agresivas ni groseras, pero sí demoledoras.

 

 

Los priistas que han retornado al poder, no han podido implementar un discurso que señale los graves errores del pasado que nos tienen en una situación de desastre. Ni siquiera para defenderse de los ataques que reciben de algunos panistas como Ernesto Cordero o Javier Lozano, que señalan al actual gobierno como el causante de lo que está pasando.

 

 

Siquiera para que aprendan algo, los políticos en el poder deben dialogar con los intelectuales.

 

 

El PRI sin dirigentes

 

 

La renuncia de Claudia Hernández a la dirigencia municipal del PRI en esta capital y la llegada de Pablo Fernández del Campo a la diputación local, han dejado al partido tricolor prácticamente sin dirigentes en la entidad.

 

 

Aunque la diputación no es impedimento para ocupar una posición de dirigente partidista, en el caso que nos ocupa sí porque el PRI está pasando por la peor crisis de su historia en la entidad y se requiere de un dirigente de tiempo completo para poder enderezar, si aún se puede, la nave.

 

 

 

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