Jozef Wesolowski, el ex nuncio acusado de pederastia y quien desde ayer se encuentra en una prisión de El Vaticano, podría ser condenado a una pena de detención de hasta 7 años, según informó hoy la Santa Sede.

El portavoz vaticano, Federico Lombardi, explicó que el juicio empezará posiblemente en los últimos meses de este año o en los primeros del próximo, con el fin de permitir que los abogados se preparen para la audiencia.

"El promotor de justicia del tribunal vaticano (el abogado acusador), Gianpiero Milano, realizadas las investigaciones que considere oportunas, así como interrogado el acusado junto al abogado defensor de éste, podrá formular la acusación", precisó Lombardi.

"Sólo tras esto, empezará el proceso".

Mientras tanto Wesolowski, de 66 años, permanecerá dentro de El Vaticano, en la habitación del palacio del tribunal en el que se encuentra desde ayer.

La decisión de encerrarlo en El Vaticano, aprobada por el Papa y sin precedentes en tiempos modernos, fue tomada para evitar que el ex arzobispo se fugara hacia un destino desconocido.

Wesolowski ya había sido condenado en primer grado por El Vaticano y la Congregación para la Doctrina de la Fe (ex Santo Oficio) y se le había reducido a la condición de simple laico el pasado mes de junio, sobre la base de un proceso canónico.

Así, tras este último juicio, el ex cura polaco no sólo podría ver confirmada la condena de junio pasado, sino una condena de los jueces del Estado de la Ciudad del Vaticano.

Además podría sufrir la extradición a República Dominicana, país cuya justicia también lo reclama por el delito de pederastia, y a Polonia, de donde es originario.

De hecho, en los más de 30 años de carrera diplomática como funcionario de la Secretaría de Estado, Wesolowski trabajó en países tan diversos como Japón, Bolivia, Kazajistán, Tayikistán, Uzbekistan, Kirguistán, Suiza, Dinamarca, India y estados de África del sur.

En los años de Juan Pablo II, Wesolowski fue nombrado por el Papa polaco primero nuncio en Bolivia en 1999, y luego en Asia Central en 2002. En este sentido, la implicación de Juan Pablo II parece ser muy directa, pues, siendo Cardenal, Karol Wojtyla también fue quien lo nombró sacerdote el 21 de mayo de 1972. Posteriormente, fue de nuevo Juan Pablo II quien lo elevó a arzobispo titular en el 2000.

Fuente: Reforma