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El descenso de Forcelledo Nader a los infiernos: cómo planeó el homicidio

Jueves, 13 Marzo 2014 00:00
El descenso de Forcelledo Nader a los infiernos: cómo planeó el homicidio
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El joven socialité fue traicionado por sus teléfonos móviles. De acuerdo con los análisis de la PGJ, Karla López Albert murió entre las 20:09 y las 21:30 del jueves 30 de enero. Primero fue golpeada y luego estrangulada con un lazo de rafia que se encontraba en la bodega del salón de fiestas
  • Arturo Rueda



Manuel Forcelledo Nader resistió a sangre fría 33 días de arraigo, interrogatorios y pesquisas sobre la muerte de Karla López Albert sin confesar su culpabilidad. Como no hay crimen perfecto, el joven socialité fue traicionado por sus teléfonos móviles y las dos coartadas que había armado para negar que la noche del 30 de enero se hubiera encontrado con la madre del hijo que rechazaba se derrumbaron ante el escándalo mediático.



Forcelledo Nader arrancó su iter criminis, la maquinación del homicidio de Karla López Albert, el 13 diciembre de 2013 cuando adquirió un chip de teléfono para Leopoldo Camacho Vázquez, con el fin de que su propia línea de celular no fuera identificada en las comunicaciones con la joven, así como con sus cómplices.



En las navidades de 2013 su descenso al infierno comenzó a tomar forma. El embarazo no deseado lo tenía con el agua al cuello. Unos días antes le había entregado 15 mil pesos para el aborto, pero Karla no se sometió al procedimiento. Tampoco le devolvió el dinero porque “lo iba a utilizar para la cesárea”.



El 27 de diciembre fijó el pago por su cabeza con Rodrigo Solís Cano, “El Rocko”. Siete mil pesos valía la vida de la joven que primero le dio placer y después se convirtió en su infierno. Hasta ese momento se abocan a conseguir el arma homicida. El ex guarura de Enrique Agüera, que incluso lo cuidó en la campaña a la alcaldía, le recomendó buscar la “casualidad” para dar paso al homicidio. Y sobre todo, borrar sus comunicaciones.



El año nuevo de 2014 lo hizo dudar, pues los mensajes con el ex guarura de Enrique Agüera se interrumpieron. Pero entre los días 8 y 9 de enero vuelve a urgir a “El Rocko” a materializar el “negocio”. Hablan de la imposibilidad de conseguir un arma, y de la trampa con la que atraer a Karla López Albert. Una cita romántica, sugiere Rodrigo Solís Cano.



Para los últimos días de enero ya no hay marcha atrás en su descenso al infierno. El aborto ya no es una opción. Pasaron los tres meses en que era médicamente viable, y Karla rechaza hacerse una inducción al parto, según relata a su amiga Paola “N”.



Forcelledo Nader comete el error de hablar con “El Rocko” a través del WhatsApp de su propia línea telefónica, un iPhone 4 que fue requisado por la PGJ en un cateo de su casa. Aunque borró las conversaciones, el equipo técnico de la Procuraduría logró recuperarlas.



El lunes 27 de enero se produce la decisión fatal. Por el mismo WhatsApp, Forcelledo Nader le pide a Rodrigo “El Rocko” que fije el día para la “operación”, que la semana pasada tuvo una urgencia familiar y estuvo todo el tiempo en Teziutlán. Fueron sus últimos momentos para arrepentirse. El guarura elige el jueves 30 de enero, y ese día, a las 3 de la tarde viaja a Puebla para arribar a las 6. El momento clave comienza.



Forcelledo Nader comete otro error. A través de su línea pirata cita a Karla en el salón de fiestas Katz, propiedad de su familia, ubicado en la recta a Cholula y Zavaleta. Sólo al socialité se le ocurre cometer el feminicidio en el negocio familiar.



De acuerdo con los análisis de la PGJ, Karla López Albert murió entre las 20:09 y las 21:30 del jueves 30 de enero. Primero fue golpeada y luego estrangulada con un lazo de rafia que se encontraba en la bodega del salón de fiestas.



Forcelledo Nader no sólo fue autor intelectual, sino ejecutor.



Otro error de novatos. Luego de cometer el feminicidio, “El Rocko” saca de Puebla el cadáver de Karla López Albert en su propio vehículo. A las 21:55, con el cuerpo de la joven en la cajuela, atravesó la caseta de San Martín Texmelucan.



A lo largo de la tarde y noche, el intercambio de llamadas entre Forcelledo Nader y Rodrigo Solís Cano fue constante, siempre utilizando el chip pirata. Hasta en siete ocasiones hablaron, y una más al otro día, el viernes 31 de enero, para cerciorarse de que “el paquete” llegó bien al DF. Dos días más tarde el cadáver será abandonado en un baldío de la delegación Tláhuac.



Ese mismo viernes 31 comienza el asedio de los padres y amigos de Karla para que Forcelledo Nader les revele su paradero. Una y otra vez niega haberla visto o citado con ella.



Para la siguiente semana el escándalo toma forma, pero el socialité tiene tiempo para armar su coartada.



Por voluntad propia comparece el 7 de febrero, el mismo día en que la procuraduría del DF notifica el hallazgo del cadáver de Karla. Ante la presión mediática, la PGJ decide arraigarlo porque no tiene elementos de convicción para consignarlo.



En su declaración ministerial, Forcelledo relata que la tarde-noche del 30 de enero acudió a una cita de negocios al Italian Coffee de Zavaleta y da el nombre de la persona con la que estuvo. Luego, que pretendía acudir a un funeral y vio a otro amigo.



En el transcurso de la investigación, ambas coartadas se derrumban. Los dos supuestos testigos contradicen a Forcelledo Nader: ni lo vieron ese día, ni en meses atrás. El círculo se ha cerrado.



Manuel Forcelledo Nader, señalado desde el principio como el principal sospechoso, es consignado por el feminicidio de Karla López Albert junto con otros tres cómplices.



El descenso a los infiernos ha concluido. Si la investigación de la PGJ es tan sólida como parece, vivirá el infierno del Cereso de San Miguel por lo menos 50 años, para abandonar la cárcel cuando tenga 78 años.



Para entonces, quizá esté arrepentido de matar a Karla López Albert y su hijo nonato. Las horas de placer más caras de su vida.



 



 





 



 



 



 



 

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Modificado por última vez en Jueves, 13 Marzo 2014 09:01