La Corte del distrito este de Nueva York informó en un comunicado que Martínez Sánchez fue arrestado en México en febrero de 2014 con base en una orden de arresto emitida en Estados Unidos, que acusa al ciudadano mexicano de 51 años de ser el líder de un cártel internacional de drogas.
La acusación detalla que la organización de Martínez Sánchez obtenía cargamentos de cocaína de sus fuentes colombianas, y que realizaba su exportación a Estados Unidos empleando una “elaborada red de transportación”, que incluía trenes, tráileres y otros vehículos.
Una vez que el estupefaciente llegaba a Estados Unidos, consignó Notimex, el sospechoso dirigía a los miembros de su organización para transportar la cocaína a “grandes centros de distribución”, ubicados en las zonas metropolitanas de Los Ángeles, Nueva York y Chicago.
Además, Tirso Martínez dirigía a los miembros de su organización para que mantuvieran varias “empresas fachada” para comprar o rentar los almacenes y vehículos empleados para el tráfico de drogas, y encubrir estas actividades con el comercio de productos legítimos.
Martínez Sánchez también supervisaba la transferencia de sus ganancias fuera de Estados Unidos, a menudo empleando los mismos transportes usados para introducir droga.
La acusación describe que el sospechoso además usaba las ganancias para adquirir entidades que “lavaran” su dinero, como equipos profesionales de futbol o tiendas de ropa de alta gama.
Además de las actividades propias de su organización, Martínez Sánchez también transportaba drogas para otros carteles del narcotráfico en México, incluido el cártel de Sinaloa y el de Juárez, de acuerdo con los documentos de la Corte.
En el curso de la investigación, las autoridades decomisaron a la organización de Martínez Sánchez unos 8 mil 500 kilogramos de cocaína, principalmente en la zona metropolitana de Nueva York.
El procurador del distrito este de Nueva York, Robert Capers, indicó que continuarán trabajando con las autoridades de México para desterrar a los líderes del narcotráfico y presentarlos ante la justicia.
Fuente: Proceso