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Jueves, 03 Diciembre 2015 01:45

2016: Puebla contra el Photoshop




Written by  Javier Arellano Ramírez

“No hay nada más terrible, insultante y deprimente que la banalidad.” Chéjov


De acuerdo con el vocero del Yunque, el columnista Enrique Aranda Pedroza, se asegura que la Senadora Blanca Alcalá Ruíz ya recibió luz verde como virtual precandidata a la minigubernatura.

 

Esto desbordará el júbilo y el regocijo de Juan Carlos Lastiri Quirós y sus huestes enquistadas en delegaciones federales. Simplemente, no podrán ocultar su desbordado futurismo, ese que coloca al político de Zacatlán en el umbral de la gran elección de 2018.

 

Pequeño émulo de Maquiavelo en su versión zacateca, Lastiri se levanta como “el cerebro” que proyecta y posiciona la candidatura de Alcalá, para desde ahí catapultarse a la gran gubernatura.

 

De acuerdo con los planes lastiristas (propios de un Fouché serrano), todos deberán doblarse ante su magnificencia. Doger probablemente sea invitado como candidato a Senador; Zavala quizá vuelva a San Lázaro, quizá; Armenta y Jiménez Merino probablemente tengan secretarías durante un año y ocho meses.

 

Pero por supuesto el banquete, el gran festín será para el mismo Juan Carlos en 2018. Sí, sin dudas serán semanas y meses de una orgía de regocijos. Empero es poco, muy poco probable que el resto del priismo comulgue con ese proyecto blanquista–lastirista.

 

Es prácticamente imposible que Enrique Doger Guerrero y Javier López Zavala se sumen a la campaña, aun cuando Manlio Fabio Beltrones los conmine a la “institucionalidad”. Y ya no se diga del resto de suspirantes.

 

La candidatura de Alcalá no será de unidad, en realidad será de fractura, de una enorme fisura.

 

Pero vayamos a la perspectiva de la banqueta contraria. Sin duda el morenovallismo tiene posturas radicalmente distintas frente a la hipotética candidatura de Blanca Alcalá, en contraste con la de Enrique Doger. Al ex rector claramente lo aborrecen de manera visceral y arrebatada. Pero frente a la figura de la senadora permanecen visiblemente tranquilos. ¿A qué se debe esto?

 

Esto es porque en Casa Puebla consideran que Alcalá es la rival más débil. En las últimas tres semanas se ordenó la realización de una serie de estudios demoscópicos sobre la señora, mismos que reflejan numerosos negativos en el interior del estado.

 

Simplemente, se trata de una figura con presencia en Puebla capital, pero quien no permea ni siquiera en su mismo género. Se han dedicado serios estudios a estudiar el impacto que representa la senadora en el electorado femenino y simplemente es vana e inocua. Una figura de Photoshop, una envoltura sin contenido.

 

Incluso se ha estudiado la impresión social que causa la sonrisa de Blanca y no genera empatía, ni despierta afinidad.

 

Así pues, nos encontramos con una candidatura que no surge de un proceso de consenso interno. Al contrario, se privilegió la imposición, el burdo mandato, el gesto atrabiliario.

 

Ungen a una figura que tiene números significativos en Puebla capital, pero que en regiones enteras de la entidad es una perfecta desconocida; que no despierta simpatía, ni inclinación alguna.

 

Luego, montan la candidatura en el aparato de los delegados federales cuyos magros resultados ya quedaron más que demostrados, por la simple y sencilla razón de que estos funcionarios tampoco tienen ascendencia en el electorado poblano. Son burócratas de escritorio, radicalmente alejados del verdadero ejercicio político. Este es el escenario de arranque que enfrenta Blanca Alcalá.

 

Mención posterior merecerá la carnicería que será el 2016.

 

Ya la veremos.

 

Como siempre, quedo a sus órdenes en Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo., sin mx.

 

 

 

 

 

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