Un terremoto sacudió la residencia oficial de Los Pinos; muebles, pinturas y estatuas se estremecieron y cayeron.

La candidata presidencial Hillary Diane Rodham Clinton desdeñó, rechazó la invitación de Enrique Peña Nieto quien recibe un segundo golpe internacional en menos de una semana.

Este desdén global representa el acta de defunción del PRI peñista; es la negativa, el desprecio y la bofetada de la señora Clinton a este régimen que ya es un “zombie”, un cadáver político que todavía deambula, pero que ya nada representa.

El desaire de Hillary a Peña Nieto se inscribe en una serie de declaraciones que hizo en los últimos días; una crítica feroz al estado de violencia en que está sumergido el país; las miles de ejecuciones, las decenas de miles de desaparecidos, la ingobernabilidad total. Frente a esos señalamientos el gobierno de Peña guardó un silencio sepulcral.

No obstante, la abanderada del Partido Demócrata quiso darle una estocada final a un gobierno fallido, caótico, inoperante e indolente. Ahora frente al orbe entero Clinton la dice a Peña Nieto: “No me interesa reunirme contigo, nada eres, nada representas”.

Es la mayor catástrofe, el más grande desastre en política exterior que se haya visto en el México de las instituciones. El régimen peñista está acabado.

El escenario para el país no tiene que ser forzosamente el mismo que el de EPN.

Está claro que si Donald Trump gana la elección el castigo a México será brutal; habrá una cacería de perfil nazista, no sólo contra los migrantes mexicanos, sino contra todas las minorías étnicas que habitan en la Unión Americana. Para ilustrar el escenario de xenofobia, persecución, cacería y desprecio racial habría que remontarse a las épocas de la Europa sometida por el régimen nazi.

Por supuesto, el escenario sería muy distinto si Hillary Clinton gana. Se espera que su gobierno sea mesurado, equilibrado, armonioso. Tal y como fue el periodo de su esposo.

Pero en este contexto ¿Qué apoyo puede tener el régimen peñista y su proyecto sucesorio llamado Aurelio Nuño Mayer?

No tendrá ninguno, absolutamente ningún apoyo, ni respaldo internacional. Estarán en la defenestración absoluta.

Pero para una política con la estatura y el oficio de Hillary esto significa que tendrá que buscar otros canales de comunicación, de diálogo y colaboración con su vecino. Es decir, Clinton ya rompió con el peñismo, pero de ninguna manera va a romper con México, ni mucho menos va a chocar, como lo hace Donald Trump.

La demócrata buscará otra ruta para trabajar con México, pero sin que pase por la puerta del PRI peñista.

Esta ruptura internacional -inédita e histórica-, viene a constituirse en un nuevo camino para quien tenga habilidades especiales en las relaciones internacionales; para quien pueda hablar el inglés académico, financiero y político; para quien pueda tender puentes de diálogo y ofrezca un nuevo perfil diplomático y empresarial a la relación México – Estados Unidos.

Hay que decirlo con precisión, en este contexto catastrófico, en este maremágnum, en el peor galimatías que hayamos presenciado, el gobernador Rafael Moreno Valle puede presentarse como una de las cartas más atractivas para Washington DC.

El gobernador de Puebla debe empezar a operar rápidamente con las comunidades, asociaciones y organizaciones hispanas en los Estados Unidos. Esa puede ser su carta a jugar en el proceso norteamericano y de esa manera posicionarse en el ajedrez de las barras y las estrellas.

Históricamente los “gringos” siempre han metido la mano en los procesos electorales de México y hoy con más razón. Por supuesto, siempre han buscado al mejor interlocutor posible, alguien que hable su mismo idioma.

Apreciado lector no pierda de vista esta perspectiva; la catástrofe peñista puede ser la catapulta de Moreno Valle. No pierda de vista este nuevo escenario.

Como siempre, quedo a sus órdenes en cupula99@yahoo.com, sin mx.