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Lunes, 06 Junio 2016 03:37

10 razones por las que Gobernador sí puso Gobernador




Written by  Arturo Rueda

Las redes sociales potenciaron el discurso de odio en contra del morenovallismo, con buenas y malas razones. Periodistas al servicio de la causa de Blanca Alcalá desinformaron e hicieron propaganda. Sin embargo, una mayoría avaló el proyecto de continuidad que, cuando acabe el periodo de Moreno Valle, durará otros veinte meses con Antonio Gali Fayad, quien se sacrificó con su amigo la posibilidad de gobernar en 2018. La opinión de los odiadores fue irrelevante


Con la victoria de Antonio Gali Fayad, Rafael Moreno Valle se graduó como “mostro” de la política e ingresó al selecto club de gobernadores que sí ponen gobernador. De mínimo, se coloca a la altura de Maximino Ávila Camacho. El triunfo del delfín es la ruptura de una máxima histórica sólo a disposición de los más grandes: Andrés Manuel López Obrador en 2006 sí logró colocar a Marcelo Ebrard, y Enrique Peña Nieto, aunque consiguió la continuidad del PRI en 2011 en Edomex, lo hizo con alguien Eruviel Ávila que no era su delfín.

 

La sucesión Moreno Valle-Gali Fayad es la más exitosa de cuantas se recuerden en la política moderna de Puebla. Una sucesión cuyo plan estratégico inició en el mismo arranque del sexenio. Desde que ganó en 2010, Moreno Valle comenzó a perfilar su salida, lo que significa que nunca se dio el tiempo para embriagarse del poder. El proyecto de la minigubernatura fue una de sus primeras reformas constitucionales con el objetivo de crear las condiciones más favorables para la continuidad de su proyecto y la cancelación de riesgos personales, sin importar el nombre de los candidatos en disputa. Tan efectivo fue el plan que ningún poder fáctico se interesó en jugársela por Blanca Alcalá.

 

Si la minigubernatura fue el proyecto, Antonio Gali Fayad fue el hombre, que de acuerdo con el Termómetro Electoral MAS DATA/CAMBIO, le aportó un +7 a la coalición de partidos. Las elecciones las ganan los candidatos y no sus directores técnicos. Un resbalón, un error, un escándalo, pudieron dinamitar todo el plan estratégico del gobernador poblano. El diseño de la mini hubiera sido en vano. Gali Fayad fue un buen secretario de Infraestructura, un mejor alcalde y un disciplinado candidato a Casa Puebla.

 

En perspectiva, la mejor aspirante del PRI, Blanca Alcalá se convirtió en la peor candidata de la que se tenga memoria en la historia política moderna de Puebla. Ni Javier López Zavala ni Enrique Agüera lo hicieron tan mal. Cuando Los Pinos la escogió, la senadora tenía 3 puntos de ventaja sobre Gali que fue dilapidando. Tras el breve periodo de precampaña, ya estaba 5 puntos abajo y al arranque de la elección se fue a dos dígitos. Demostró una personalidad soberbia, incapaz de consolidar alianzas y organizar un equipo eficiente de comunicación. Ni siquiera fue capaz de alcanzar los 600 mil votos. La peor candidata de la historia.

 

Tan mala como candidata, calamitosa fue la selección de Jorge Estefan Chidiac como dirigente estatal y Alejandro Armenta como coordinador de campaña. Llevaron fobias a la candidata y demostraron que son enanos de la política. Las dos últimas semanas fueron las peores y no optaron por la derrota digna, sino por la indigna que deja un cúmulo de rencores. De la resistencia civil al plan de desestabilización, ambos han cancelado cualquier posibilidad de disputar la candidatura en 2018. El peor liderazgo del PRI en la historia.

 

En política, los padrinazgos cuentan. Emilio Gamboa Patrón, artífice de la candidatura de Blanca, sufre una derrota tan dolorosa como la que tuvo hace un año en Nuevo León. El senador anda salado y se equivoca en todo lo que toca. Perdió cualquier crédito que le quedaba en el grupo íntimo de Los Pinos y su papel en la sucesión de 2018 va a ser minúsculo.

 

Con la victoria poblana, Moreno Valle va a continuar su carrera presidencial del PAN con la seguridad de que tiene sus flancos cubiertos y no va a vivir sorpresas en el 2017. Tiene varios meses para cerrar su gobierno entre reconocimientos. Sus odiadores profesionales volvieron a perder y todavía no se acostumbran. Tiene ahora la legitimidad para disputarle a Margarita Zavala un espacio hasta ahora indisputado. Aunque Ricardo Anaya es un joven costal de mañas, el gobernador poblano no lo dejó acercarse a la campaña poblana. “Lo vamos a ganar o a perder todo aquí, pero nada te va a tocar”.

 

El proyecto de la continuidad ganó sin necesidad de cometer faltas. No cayó en la tentación de golpetear a Enrique Peña Nieto. Nadie marcó faul desde la Federación. El gobierno federal observó impávido la derrota de Blanca, y de hecho jaló orejas a los delegados federales que quisieron ayudar a su candidata. Una extraña pulcritud que en realidad encierra la realidad más valiosa: el presidente y Miguel Ángel Osorio Chong miran a Moreno Valle como un aliado necesario en la cita histórica de 2018. Una alianza que no vale la pena romperse por una minigubernatura de veinte meses ni por una candidata desechable.

 

Las encuestas sí pesan. El Termómetro Electoral MAS DATA/CAMBIO 2016 fue una secuela exitosa del Tracking Diario 2013. Entonces, como ahora, el PRI Pack periodístico no se cansó de afirmar que era una encuesta chafa, vendida, que ocultaba un empate técnico. En conjunto, más de 20 sondeos le dieron ventaja a Tony Gali durante los dos meses. La realidad, como siempre, se ocupa de poner en su lugar a los necios. ¿Qué argumentarán ahora?

 

La fobia no es una razón de voto. Las redes sociales potenciaron el discurso de odio en contra del morenovallismo, con buenas y malas razones. Periodistas al servicio de la causa de Blanca Alcalá desinformaron e hicieron propaganda. Sin embargo, una mayoría avaló el proyecto de continuidad que, cuando acabe el periodo de Moreno Valle, durará otros veinte meses con Antonio Gali Fayad, quien se sacrificó con su amigo la posibilidad de gobernar en 2018. La opinión de los odiadores fue irrelevante. Ambos ahora van a otra liga, mientras que sus odiadores continuarán haciendo ruido pero con minúscula influencia. Es la sucesión más feliz de la Historia.

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