A tres meses del levantón masivo de galleros en un palenque clandestino que operaba a escasos metros de la alcaldía de Cuautlancingo, el presidente municipal, Félix Casiano Tlahque dio a conocer que no se han dado de baja a elementos de Seguridad Pública ni del Ayuntamiento por estar involucrados en los hechos ni se han sometido a investigación a través de la Contraloría Municipal para deslindar responsabilidades, por lo que espera a que la Fiscalía General del Estado concluya con las indagaciones para determinar un curso de acción.
En entrevista para CAMBIO Regionales, el alcalde comentó que en el Ayuntamiento que encabeza sigue laborando el mismo personal, incluso en la Comisaría de Seguridad Pública, pues no se ha establecido si alguno tiene que ver con el incidente o haya cometido alguna omisión en el caso.
Casiano Tlahque mencionó que esperará a que la Fiscalía General del Estado (FGE) termine de trabajar el caso, y con base en los resultados tomará medidas en cuanto a si habrá que separar del cargo a algún elemento.
“No se ha dictaminado ninguna responsabilidad, esa parte (el resultado de las investigaciones de la Fiscalía General del Estado) nos hará tomar decisiones”, aseguró.
Comentó que el Ayuntamiento ha colaborado con la Fiscalía y “lo único que nos solicitaron fue que unos elementos de Seguridad Pública aportaran información, de ahí en fuera no nos han llegado ni recomendaciones u observaciones”.
Concluyó que del levantón a la fecha, han ingresado 25 nuevos elementos a la Policía Municipal y se adquirieron cuatro patrullas, con lo que se pretende reforzar la seguridad tanto en cabecera como en juntas auxiliares.
La historia de terror
El pasado primero de marzo, un comando armado levantó a 12 apostadores en un palenque clandestino en el municipio de Cuautlancingo, el cual se encontraba a metros de la Presidencia y Comandancia Municipal, entre los que se encuentran dos hombres gravemente heridos por arma de fuego.
Testigos y familiares de las víctimas aseveran que se trató de cerca de 30 hombres encapuchados, pertrechados con armas largas, quienes irrumpieron en el lugar preguntando por una persona apodada “El Apache” y se llevaron a un grupo de personas, encontradas dos días después desmembradas y en tambos, en un paraje del municipio de San Andrés Calpan.