Decenas de personas intoxicadas, incluido personal de Pemex, cuantiosos daños a tierras de cultivo, autos, negocios y a domicilios particulares dejó una fuga de hidrocarburo que alcanzó 20 metros de altura, a consecuencia de una toma clandestina en los límites de Coronango y Cuautlancingo.
El pánico se apoderó de las familias alrededor de las 2:00 horas del lunes, ante el fuerte olor a gasolina y el miedo de una explosión al ver que cerca de sus domicilios caía petróleo proveniente del oleoducto Nuevo Teapa-Venta de Carpio, a la altura de la Avenida Emiliano Zapata y la nueva Autopista a Tlaxcala, en la junta auxiliar San Francisco Ocotlán, Coronango.
El miedo a morir en una explosión hizo que al menos unas 30 mil personas abandonaran sus viviendas de los fraccionamientos aledaños, entre éstos Misiones de San Francisco, una de los más grandes de la zona metropolitana, así como Paseos del Roble, Quinta Moraleda y Bosques de San Francisco, entre otros.
En medio de una confusión, ya que en los números de emergencia nadie sabía orientarlos, además que personal de Protección Civil y Petróleos Mexicanos (Pemex) tardaron en llegar más de una hora, las familias decidieron no quedarse en casa, aunque eso implicó para algunos, el robo de sus pertenencias.
El olor a combustible ocasionó algunos desmayos, aunque no requirieron hospitalización. Sólo un trabajador de Pemex fue atendido por paramédicos de SUMA, debido a que perdió el conocimiento en un par de horas y cayó a un charco de gasolina derramada.
Más tarde, un helicóptero de la Comisión Federal de Electricidad (CFE) sobrevoló la zona para cuantificar daños a sus instalaciones de alta tensión que fueron salpicados por el llamado “oro negro”.
La versión oficial señala que la fuga fue controlada alrededor de las 6:00 horas, pero en un recorrido alrededor de las 10:00 horas, las válvulas no habían sido selladas. El flujo fue controlado desde la estación seis de San Martín Texmelucan, mientras el lugar fue resguardado por más de 12 horas por el Ejército, policías estatales y municipales.
“Nos vamos a morir”
“Nos vamos a morir”, fue lo primero que una habitante del fraccionamiento de Misiones de San Francisco dijo a su familia cuando escuchó un tronido y al asomarse a la venta vio cómo el hidrocarburo fluía una altura de 20 metros.
“Mientras las autoridades nos abandonaron a los de Misiones y sólo tomaron en cuenta a los fraccionamientos que están enfrente, los autobuses de Oriente y otros de color blanco que transportan a los empleados de las industrias asentadas en Coronango y Cuautlancingo, quienes llegaron y se llevaron a mucha gente, en un gesto muy humano”, contó a CAMBIO Regionales una de las afectadas, Gabriela Nava.
“A eso de las tres de la mañana, no se podía salir, habían muchos vehículos en el entronque al Periférico, la fila avanzaba lenta, la gente estaba en pánico por temor a que se diera una explosión como la de Texmelucan o la de México”, dijo Roberto Espinosa, quien como pudo sacó de la zona a su familia.
Pérdidas millonarias
Hasta el cierre de esta edición, Pemex no había cuantificado la pérdida en litros derramados y robados por los ladrones de combustible, pero dueños de negocios y hectáreas de siembras de milpa calcularon que se trata de “millones”, ya que no pudieron abrir sus negocios, además que no recuperarán sus productos.
El vapor de petróleo emanado por el derrame también contaminó el agua de algunas albercas y olor se impregnó en algunos alimentos que no se encontraban almacenados en el refrigerador.
Reabren Autopista después de 15 horas
La Autopista Puebla-Tlaxcala fue cerrada al tránsito vehicular por más de 15 horas, mientras personal del sector de Ductos Mendoza de Petróleos Mexicanos, controlaba el derrame de crudo provocado por alguna banda de chupaductos que opera en la zona metropolitana de Puebla.
Minutos después de la 1:00 de la mañana, la vialidad fue cerrada y reabierta hasta después de las 16:00 horas del lunes, luego que los cuerpos de emergencia descartaran peligro.