El presidente municipal, Félix Casiano Tlahque, no da la cara tras el levantón masivo de apostadores que se registró la madrugada del martes en un palenque que operaba de manera clandestina a una cuadra de su oficina.
Tanto en la Presidencia municipal como en el Complejo de Seguridad Pública se niegan a aclarar si los policías municipales dieron aviso al estado sobre los hechos o si tienen registros de lo acontecido en sus cámaras de videovigilancia.
Sólo una asistente del área de Comunicación Social asegura que a un día de los hechos, no cuentan con información clara.
Según testigos y familiares de los desaparecidos, un comando armado habría asesinado a dos, pero habría recogido los cadáveres, además de “levantar” a otros aficionados a las peleas de gallos, no obstante, la Fiscalía General del Estado (FGE) no ha reconocido la magnitud del suceso, informando únicamente que se aseguró a 13 vehículos que estaban estacionadas en el sitio y se registraron tres denuncias por personas no localizadas: José Domingo Nava de 23 años de edad, originario de Chilpancingo, Guerrero; Santiago Jorge Medina Guevara de 45 años, originario de Chignahuapan, Puebla y José Marco Antonio Alvarado Alcázar de 45 años, originario de Michoacán.
Entrevistados el martes, la mayoría de los familiares de las víctimas prefirieron reservar los nombres de los otros secuestrados, facilitando tan sólo sus apodos: El Cholo, El Tijuano, El Beny, El Fierros, El Perros, El Burro y El Chabacano.
Hasta el momento, se desconoce si los propietarios del lugar tenían permisos para realizar este tipo de eventos, los cuales, a decir de vecinos, eran frecuentes.
Aseguran que Casiano sabía de actos ilegales
El inmueble marcado con el número 11 en la calle 2 de abril se mantiene acordonado y a resguardo de la Policía municipal, incluso durante el día miércoles estuvieron arribando peritos y continuaron las diligencias al interior del lugar.
Después de un día de lo ocurrido, la avenida fue reabierta a la circulación. Lugareños refieren que el Ayuntamiento ya tenía conocimiento de los eventos “indebidos” que se llevaban a cabo en el citado inmueble, pues además de la cercanía que guardaba con el Palacio Municipal, también lo solían rentar como teatro del pueblo para las fiestas patronales.
“Apenas hace una semana denunciamos que hubo un palenque y al otro día nos percatamos que los galleros dejaron abandonados muchos gallos muertos en el estacionamiento. La queja la hicimos en el sentido de que eran eventos irregulares y que ese tipo de contaminación era un foco de infección, pero jamás se nos hizo caso y luego pasó lo que ya todos sabemos”, expuso Gerardo Cordero, un vecino del lugar.