Friday, 19 de April de 2024

Martes, 26 Julio 2016 03:53

Cronología del decomiso histórico de piratería que terminó a balazos

El enfrentamiento entre policías y ambulantes duró 120 minutos. En una recopilación realizada por CAMBIO se detalla los momentos claves de la batalla campal realizada el viernes pasado en el Centro Histórico

  • Alberto Melchor @AlbertoMelchorM


El decomiso histórico de piratería en el primer cuadro de la capital, uno de los bunkers cuidado con mayor recelo, evidenció en 120 minutos la inoperancia de los mandos policiales en dos ocasiones: la primera al detonar una balacera contra los ambulantes que eventualmente habrían recurrido a las armas para defenderse y la segunda al no lograr contener la violencia que originaron y que terminó por extenderse hasta la plancha del Zócalo, provocando un caos entre los poblanos y turistas en plena temporada vacacional.


 Desde las 13:00 horas y hasta poco después de las 15:00 horas del viernes, el Centro Histórico se volvió tierra de nadie desde la 10 Poniente hasta la plancha del Zócalo, donde un grupo de 30 granaderos se replegó para blindar el Ayuntamiento y su pasaje, mientras que los cientos de comercios cercanos incluidos restaurantes en Los Portales mantenían sus puertas cerradas por temor a un nuevo brote de violencia.


El yerro cometido este fin de semana en la logística y ejecución no es el primero que comete la Secretaría de Finanzas y Administración (SFA) a través de la dirección de Comercio Exterior a cargo de Norma Olivia Chavero Porras, ya que los operativos de esta oficina suelen llevar consigo quejas por el uso excesivo de la fuerza e incluso porque su personal porta armas cuando sus funciones no lo ameritan.



En camionetas con batea y escoltados por unidades de la policía auxiliar y la policía municipal, llegó a la zona de la 8 Poniente y 7 Norte el reducido grupo de personal de Comercio Exterior que suele auxiliarse con cargadores ajenos a la corporación para acarrear la mercancía pirata de los locales y bodegas a las unidades con logo de la SFA. La presencia policial alertó de inmediato a los líderes del grupo ambulante que controla la zona: Fuerza 2000.



El convoy de Comercio Exterior continuó arrasando con locales y bodegas a lo largo de la 8 Poniente por dos calles más hasta llegar a la calle 5 de Mayo. Con mercancía que posteriormente presumirían ascendía a tres toneladas de películas, ropa y juguetes, los ambulantes comenzaron a increpar a la autoridad por las irregularidades cometidas en el operativo ya que acusaban que estaban incluyendo mercancía legal.



A través de radios, los comerciantes se organizaron para convocarse en el cruce de la 5 de Mayo y 8 Poniente, donde de inmediato los equipos especiales de la policía auxiliar montaron un cerco para impedir que los ambulantes no interrumpieran el decomiso que presuntamente, pretendía extenderse por unas cuadras más para aumentar el anhelado  botín de mercancía pirata. En esos momentos, algunos usuarios de redes sociales comenzaron a denunciar la movilización policial y a desalojar la zona tras percatarse que los ánimos se incendiaban entre informales y uniformados.



El primer disparo fue reportado por alguno de los cientos de transeúntes que circulaban en la zona. A través de reportes policiales se sabe que no sólo se manifestaron en las redes sociales, sino que también el 066 recibió llamadas de auxilio ante la detonación de armas de fuego, sin embargo, en la premura por huir, pocos lograron percatarse de dónde vino el primer disparo aunque de acuerdo con versiones de los mismos comerciantes, el primer balazo fue al aire por parte del grupo de policías, no obstante, su origen continúa siendo un misterio. En este mismo momento, zapaterías, tiendas de ropa y bisutería, así como un voceador de la zona se refugiaron en sus locales y de acuerdo con sus testimonios, la ráfaga de balazos habría llegado a 20.



Los comerciantes de inmediato se replegaron, por lo que con adoquines, ladrillos, palos y tubos buscaron frenar la avanzada de policías que con su mano izquierda tomaban su escudo mientras que con la derecha empuñaban su arma calibre nueve milímetros para disparar a quemarropa contra los ambulantes. Uno de los primeros lesionados fue uno de los informales, quien con ayuda de sus compañeros fue llevado hasta las puertas del Palacio Municipal en busca de ayuda; en ese punto algunos representantes de los medios de comunicación se percataron del disparo en la pierna y de la magnitud de la reyerta al tiempo en que el herido era trasladado al Hospital Universitario.



En pequeñas células, los grupos especiales de la policía auxiliar continuaron avanzando hacia los ambulantes que ni con piedras lograron frenarlos. Los disparos se mantuvieron hasta el cruce de la 8 Poniente y la 5 Norte, donde un grupo más grande de comerciantes de la zona de La Merced ya los esperaba. Aunque no hay videos que comprueben que los informales dispararon contra los policías, se presume que desde una de las bodegas ubicadas en los segundos niveles de los edificios de la 5 Norte frente a La Victoria habría salido un disparo contra el grupo de elementos auxiliares.



Tras 15 minutos de fuego, piedras y palos, finalmente la batalla campal tuvo una tregua cuando los elementos auxiliares comenzaron a abordar sus unidades para abandonar la zona. En la huida también causaron daños ya que algunos de los ambulantes que aún buscaban lanzar rocas a los uniformados fueron embestidos por las camionetas de la policía auxiliar. Por su parte, los informales cerraron con cajas de fruta, diablos y tabiques los pasos de calle en todo el cuadrante, mientras que comenzaban a contar sus bajas y recolectar evidencia de la afrenta que acababan de vivir, como casquillos y fotografías que mostraron el posible uso excesivo de la fuerza.



Con las calles tomadas, Federico López, líder de la organización ambulante Fuerza 2000 comenzó a reunir a su gente en el cruce de la 10 Poniente y 5 Norte a las puertas de la iglesia La Merced. Desde un radio negro, ordenaba mantener la calma, responder al silbido y trataba de bajar las ansias de los informales que temían una segunda embestida de la fuerza pública, sin embargo, la presencia policial no se volvería a dar ni en ese ni en las horas siguientes.



Luego de varias falsas alarmas de disturbios, Federico (mejor conocido como “El Fede”) sostuvo una llamada telefónica tras la cual, pidió a sus agremiados que los siguieran. Tomando la 8 Poniente y luego la 5 de Mayo, decenas de comerciantes que previamente habían tenido que participar en la reyerta se unieron al contingente con todo y vendas en la cabeza que daban muestra de la agresión policial. Una manifestación poco convencional iba a paso rápido, provocando que los comercios cerraran y que muchos “mirones” entraran a sus casas y negocios al ver a los ambulantes con tubos y piedras.



Encabezados por “El Fede”, los ambulantes llegaron a la plancha del Zócalo ante la mirada atónita de turistas y comensales de los portales, quienes veían con temor los palos y tubos de los informales, pero a pesar de su imagen amenazadora no protagonizaron disturbio mayor hasta su punto final frente al Palacio Municipal. A unos metros del cuerpo de granaderos, su líder pidió desde un altavoz explicaciones al gobierno municipal o quien hubiese ordenado el violento operativo. Sin respuestas, los comerciantes abandonaron la zona y regresaron en contingente por la 2 Norte hasta su bunker, desde donde recolectaron la mercancía que les quedó y se organizaron para volver a las calles al día siguiente, como si nada hubiese ocurrido.