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Viernes, 03 Febrero 2017 02:44

Tunear la marca morenovallista es purgarla de sus excesos

Tunear la marca morenovallista es purgarla de sus excesos Escrito Por :   Arturo Rueda

En su toma de protesta, Gali se alejó de la megalomanía que caracterizó a Moreno Valle, quien se organizó una unción con 20 mil invitados y luego una comida fastuosa. Un sexenio de autohomenaje y grandes dosis de clasismo. Todavía se recuerda cierto clasismo ese día, cuando los invitados fueron clasificados en secciones Grand VIP, Muy VIP, Apenas VIP y Cero VIP


Guste o no a los personeros cercanos del ex gobernador, Antonio Gali Fayad es el único hombre capaz de tunear la marca morenovallista.

 

Una marca en peligro, ya que las últimas encuestas de Mas Data revelan la polarización que genera la figura del ex gobernador.

 

A ese paso, cuando la mitad de los poblanos denigra su sexenio y la otra mitad lo alaba, en 2018 no gana Martha Erika Alonso, que para triunfar a fuerza necesita el ‘de Moreno Valle’.

 

Tunear, según la significación de los millenials es modificar, poner al día, modernizar, elevar el rendimiento o la estética.

 

La marca morenovallista necesita ser tuneada: renovada, modernizada, puesta al día. Pero también necesita ser purgada de sus excesos. Y eso, aunque no guste a los personeros del viejo régimen que pretenden que el nuevo gobernador ejerza simplemente de títere.

 

Hasta el último minuto de su sexenio y aún más allá, Moreno Valle defendió que los PPS no eran deuda, y que todas sus obras de infraestructura se habían hecho sin pedir un solo peso prestado.

 

El informe de finanzas públicas del gobierno estatal, un documento oficial, revela que al 31 de diciembre del 2016 la deuda reconocida era de 23 mil millones de pesos.

 

Ya fuera del poder, Moreno Valle insiste que no y que no, aunque ninguno de sus ex funcionarios da la cara.

 

La batalla de la deuda es una batalla perdida porque no se ganó en su momento, y porque ataca el sentido común. Así lo entendió Gali que no quiere comprar pleitos ajenos.

 

En entrevistas radiofónicas, aceptó que sí, que le dejaron 23 mil millones de deuda, que todo está contemplado y es una cantidad totalmente manejable.

 

El nuevo régimen, sin aspavientos, derrumbó la teoría del “ni un solo peso prestado”.

 

Bueno o malo, debe ser un tema menos en la agenda de riesgos del nuevo gobierno.

 

Pero hay que profundizar más en ese cambio de estilo.

 

Los helicópteros Agusta, comprados en 11 millones de dólares, hicieron de taxi aéreo para el gobernador y su séquito. Y aunque un mandatario necesita traslados veloces, se usó y abusó de ellos hasta el cansancio.

 

Ya se sabe que el morenovallismo es adicto al chopper.

 

En un santiamén Gali también derrumbó ese exceso: ayer puso uno de sus Agusta al servicio de todos los poblanos para realizar funciones de patrullaje y seguridad pública, no de taxi aéreo.

 

Moreno Valle se hizo el loco con la inseguridad, pero Gali quiere atacar frontalmente a las mafias que quieren calarlo y le prepararon una jornada de terror ayer.

 

Un levantón masivo de falsos policías federales que luego aparecieron torturados y asesinados en Veracruz. El homicidio de un regidor de Quimixtlán porque no quiso pagar cuota. La ejecución de un empresario en pleno centro de Tehuacán que provocó psicosis.

 

Un helicóptero patrulla hace más por los poblanos que un taxi aéreo. Simple.

 

En su toma de protesta, Gali se alejó de la megalomanía que caracterizó a Moreno Valle, quien se organizó una unción con 20 mil invitados y luego una comida fastuosa.

 

Un sexenio de autohomenaje y grandes dosis de clasismo.

 

Todavía se recuerda cierto clasismo ese día, cuando los invitados fueron clasificados en secciones Grand VIP, Muy VIP, Apenas VIP y Cero VIP.

 

Gali todo lo hizo sencillo. Auditorio Metropolitano con invitados justos, cancelación de la comida fastuosa, toma de protesta fast track al gabinete para enviarlos a trabajar.

 

Se ve difícil que Tony quiera colar sus siglas en el paquete de obras que anunció para la zona metropolitana y el interior del estado.

 

Si la marca morenovallista no se regenera y es capaz de producir un nuevo consenso, va a ser muy difícil que Martha Erika gane.

 

Por supuesto, también está el riesgo de que la tuneada no funcione. ¿Pero qué otra cosa se puede hacer?

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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