En medio del desconsuelo e indignación, rodeando ataúdes con flores blancas y globos es como familiares velaron anoche los restos de Iván de Jesús Maurta y Fátima Vanessa Citalán Galindo de nueve y siete años de edad, quienes perdieron la vida durante el terremoto de 7.1 grados que ocurrió el martes pasado.
En dos velorios que se realizaron por separado en la funeraria Garcés en Atlixco, los restos de los menores fueron velados por sus familiares cercanos y uno que otro compañero de escuela. Los padres prefirieron guardar silencio, sus rostros afligidos lo decían todo.
“Se supone que los hijos nos deben enterrar a nosotros los padres, no al revés. En estos momentos no hay palabras que consuelen a sus papás, no hay forma de que tengan resignación. Ni en el propio diccionario existe nombre para lo que pasó, porque si nos quedamos sin papá somos huérfanos, pero a quien pierde un hijo cómo se le llama”, comentaba un hombre a su esposa al salir de la funeraria ubicada en la 5 Poniente del Centro Histórico.
En la capilla uno, más de catorce ramos de flores rodeaban el ataúd de color blanco en dónde permanecían los restos de Iván de Jesús quien perdió la vida al tratar de salir junto con sus compañeros del Colegio del Valle también conocido como ‘Casa del Obispo’.
El menor cayó al piso, cuando una vieja barda de su escuela que data del siglo XV se derrumbó sobre él. Los familiares se cuestionan cómo es que los directivos del colegio consiguieron un permiso para instalar una escuela en un inmueble muy antiguo y vulnerable.
En la capilla 2 un hombre moreno de baja estatura impide el paso a los desconocidos, se trata del padre de Fátima Vanessa Citalán Galindo. El sujeto se limita a pedir respeto, no quiere que haya desconocidos en el velorio.
Familiares describen a Fátima como una niña alegre e inquieta que pintaba para ser una defensora de los derechos humanos. Consideran injusto que la pequeña perdiera la vida, mientras que muchos delincuentes siguen vivos.
Este jueves por la mañana y al medio día, Iván y Fátima serán despedidos por sus familiares en una misa de cuerpo presente y luego sus restos serán sepultados en el panteón municipal.