A una semana del sismo de 7.1 grados, existe un contraste en el municipio de Atlixco entre los damnificados. Por un lado están las familias que siguen durmiendo en las calles por miedo a quedarse en sus viviendas cuarteadas, por otro quienes aceptaron pernoctar en los albergues, confiaron que se están acostumbrando a las buenas atenciones de los brigadistas.
En un recorrido que realizó CAMBIO Regionales en las calles de Metepec, se observó que a pesar de ser zona metropolitana, los apoyos son escasos y hay incertidumbre de lo que pasará con las viviendas.
Madres de familia, niños y ancianos no se mueven de sus lugares, temen que al alejarse de sus hogares o de lo que queda de ellos, los ladrones se llevarán lo poco que les queda.
No es nada fácil, comienzan a desesperarse debido a que no cuentan con lugares para poder bañarse, tomar agua suficiente o evitar las inclemencias del tiempo, pero se encuentran a la incertidumbre de que les notifiquen sobre los apoyos.
Acostumbrarse a los albergues
Las familias que se fueron a los albergues están más tranquilas, dicen que duermen en paz porque ya no están con la zozobra de que la casa se les caiga encima. No es para menos, en los albergues tienen espacios grandes y como pocas personas hacen uso de ellos, la comida es basta.
En el tecnológico de Atlixco las personas sólo llegan a cenar y dormir, por el día se van a trabajar o a cuidar sus pertenencias, aunque básicamente se ven más tranquilas.
Los alimentos se los preparan y ahí pueden dormir, los niños juegan hasta olvidar un poco lo ocurrido. Para Yolanda estar aquí les ha traído un poco de tranquilidad, no tienen pesadillas ni la angustia de que se les caiga la casa encima “Yo creo mucho en Dios, después de unos días decidimos venirnos para acá y dejamos todo cerrado y que sea lo que Dios quiera, estar con la angustia ya no”, mencionó la mujer que es abuela de dos pequeñas quienes hoy dormirán en el albergue después de jugar con las actividades que voluntarios les llevan.
“Adaptarse o morir, morir poco a poco recordando lo que sucedió es difícil, por eso dejamos todo atrás y nos venimos al albergue”, relata Tere, otra de las afectadas.
Al finalizar el día, los que se quedan en la calle se instalan en casas de campaña afuera de lo que era su hogar, pasando mal clima.
En Santiago Tochimizolco no quieren albergues
Pese a que en la comunidad de Santiago Tochimizolco perteneciente a Atlixco la mayoría de las casas colapsaron, los habitantes se niegan a ir a albergues y prefieren dormir a la intemperie debido a que temen que sus casas sean saqueadas.
Este fin de semana, la asociación ‘Ayudarnos a ayudar’ acudió a la zona de desastre para apoyar a los damnificados del temblor con víveres y consultas médicas, pero sobre todo a convivir con las madres y niños, brindando un ambiente de alegría en medio de la tragedia.