El alcalde Luis Banck Serrato aseguró que es el momento ideal para que junto con la sociedad se defina el rumbo de la ciudad para convertirse en una Smart City, durante la presentación del libro “La ciudad de los caminos cortos: Puebla en su pasaje urbano histórico” de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco por sus siglas en inglés).

El alcalde mencionó que los problemas de movilidad, el desperdicio de la comida, inseguridad y contaminación, son factores que detienen el desarrollo para convertirse en ciudad inteligente, a ello se suma la presencia de contrastes económicos en la población y un crecimiento desordenado de la mancha urbana.

“Es un buen momento para preguntarnos en qué tipo de lugar queremos vivir (…) una ciudad inteligente es en la que la mayor parte de la población puede vivir bien, una ciudad que funciona para la mayoría es una ciudad inteligente”, comentó.

El alcalde insistió en que de manera conjunta se debe trabajar con el objetivo de construir una ciudad de caminos cortos y beneficiar a la población que diariamente atraviesa la ciudad para llegar a sus trabajos o escuela, puesto que es un elemento más que provoca que Puebla se convierta en una Smart Ciy.

Puebla ejemplo en políticas públicas

Al hacer uso de la palabra, la directora de Unesco en México, Nuria Sanz señaló que los reconocimientos que Unesco entregó a Puebla ponen de ejemplo a nivel internacional las políticas públicas que los gobiernos han impulsado en la materia.

Puntualizó que el texto presentado es un vínculo entre cultura, educación y ciencia ambiental que muestra cómo los gobiernos deben de trabajar en las características culturales de las ciudades en pleno siglo XXI.

Durante el evento se destacó que el texto recoge experiencias de las mesas de trabajo entre autoridades, expertos y actores sociales, en donde se buscó conjuntar ideas para mejorar la Ciudad Patrimonio que en diciembre de este año cumple 30 años de haber recibido el nombramiento otorgado por ese organismo de la ONU.

“Empezamos este proyecto con el convencimiento de que la ciudad y su ciudadanía se acercaban al 485 aniversario de su fundación, además del 30 aniversario de la inscripción de la ciudad como patrimonio mundial, lo que era más importante, no es contar esa historia desde el origen sino ver qué es lo que se ha hecho en esos 30 años”, dijo.