Vecinos de la colonia de El Carmen se han visto obligados a colocar mantas gigantes en el exterior de sus casas para rogar a los conductores del tranporte público, reducir su velocidad debido a las fuertes vibraciones que están ocasionando fisuras mayores en sus viviendas, tras quedar sensibles con el sismo de 7.1 grados del pasado 19 de septiembre.
CAMBIO entrevistó a algunos de los vecinos, quienes aseguraron que le han mandado escritos tanto a la Secretaría de Seguridad Pública y Tránsito Municipal de Puebla (Ssptm) como a Protección Civil para que intervengan y sean reubicadas las 21 rutas que fueron desviadas a esta zona tras dicho temblor, pero no han obtenido alguna respuesta.
Cabe recordar que a raíz del movimiento telúrico, el gobierno de Luis Banck Serrato sacó a los transportistas de las calles del Centro Histórico y los mandó a otras zonas, precisamente con el fin de evitar que con las vibraciones se colapsen los inmuebles que quedaron con fracturas el día del sismo.
Una escuela en riesgo
Los vecinos de la colonia conformaron un comité especial para la recolección de firmas, a fin de presionar al gobierno municipal para su pronta intervención, pues temen que sus viviendas colapsen por esta situación, pues desde el 19 de septiembre, las unidades del transporte se han amontonado en esta zona.
Una de las entrevistadas, María Dolores Mendoza, representante legal del Colegio Enrique Pestalozzi, ubicada en la calle 15 Oriente, manifestó su preocupación pues aunque la institución ya cuenta con el sello de Escuela Segura, aún temen que se registren daños.
“No se ha hecho nada, siguen pasando igual, siguen pasando a la misma velocidad. Ya los vecinos cooperamos e hicimos mantas, ya se mandaron escritos a transporte, a gobierno, a protección civil, a todas las dependencias y nadie nos hace caso”, dijo la vecina.
Temen que sus casas colapsen con vibraciones
En tanto, Guadalupe Cantú, otra de las afectadas, aseguró que una de las bardas de la calle 15 Oriente se ha colapsado por la misma situación, aunado a que en su cisterna, por las mismas vibraciones se han agravado las fisuras.
“Ya se tumbaron las bardas. Aquí se me está cayendo mi cisterna, ya se rompió, digo por la vibración tan fuerte. Vienen los camiones desde las cuatro y media, cinco de la mañana, hasta las doce y media de la noche”, resaltó esta mujer preocupada por su patrimonio.
Por los reportes que han hecho los vecinos, solo algunos elementos de vialidad han acudido al punto por máximo 20 minutos para multar a algunas unidades e irse.
CAMBIO estuvo en la casa de esta afectada y verificó la existencia de las grietas provocadas por el sismo, además de las vibraciones de los camiones.
“Tenemos solo treinta segundos de descanso, después de los treinta segundos pasan doce unidades en ese minuto al mismo tiempo, doce. Vuelve otra vez, treinta segundos y otra vez. No respetan la velocidad”, alegó Guadalupe Cantú.
María de la Paz González, es propietaria de la casa 416 en la calle 15 Oriente y añadió que cuando los camiones cruzan a toda velocidad, ellos sienten que vuelve a temblar, pues toda la casa se mueve de un lado a otro.
“Esto de los camiones nos tiene muy preocupados. Yo estoy muy preocupada por esa tarjea, ¿ya sintió usted cuando pasan los pesados? Pasan y todo se mueve, toda la casa, hasta el patio de atrás que es lo más lejano a esto, se siente como se cimbra la casa”, indicó.