Después del pasado sismo del 19 de septiembre, hasta ahora muchos trabajadores, que llegan desde lugares lejanos del municipio de Atlixco, como San Martín Atlimeyaya, San Jerónimo Coyula, entre otros, para ganarse la vida, o mantener el sustento del hogar, sin embargo, sus ventas disminuyeron.
La jornada de trabajo es muy larga, muy temprano por la mañana, alrededor de las 5 o 6 de la mañana, se dirigen al mercado a ganar su lugar para la venta, señoras que venden, tortillas y tlacoyos, todo hecho a mano, y es que además en cada esquina o fuera del mercado, día a día te encuentras a cada señora con su canasto de tlacoyos o tortillas; lo más complicado de esta elaboración, es la leña, pues inician a la 1 de mañana y finalizan a las 8 de la mañana.
Si hay muy buenas ventas, a partir de las 4 regresan a su destino, lamentablemente el sismo pasado ha generado bajas ventas y por ende requieren pocos ingresos, terminan de vender a las 7 de la noche, recalco que su negocio ya no es como antes, pues diariamente realizan 500 tlacoyos, en dado caso de que no terminen de vender todo, hacen cambio con otra persona que se dedica a vender como frutas y verduras o en especie.
El precio de los tlacoyos es de 5 por 10 pesos y aun así, hay quienes no lo quieren pagar, por otra parte las personas que se dedica a hacer y vender tortillas, desde temprano tienen que ir al molino, para iniciar con la venta de una docena por 10 pesos; así mismo el ayuntamiento les cobra a estas personas 5 pesos.
Esto es el culto al maíz y consumo local, apoyar en comprarle al trabajador y echo a mano, es la mejor opción sin regatear, pues el trabajo es agotado y arduo.
Yessica Ayala/Atlixco