El pasado 19 de abril, Andrés Guardado sufrió una lesión muscular con el Betis. En un primer momento se pensó que esto podría dejarlo fuera de disputar la recta final de La Liga y el Mundial Rusia 2018.
“No he salido del dolor, le dije al doctor que, si es necesario, me infiltre. Pero debo pensar en el futuro, también en el Mundial. Me gustaría estar dentro del campo en esta recta final”, declaró en ese momento.

Sin embargo, un mes después, ya concentrado con el Tri, Guardado decidió operarse en Torreón con Jorge Clifton, doctor que intervino un “pellizco en el nervio”. Dicha operación fue exitosa, pero Andrés aún tenía que pasar por el periodo de rehabilitación, el cual se esperaba fuera breve.

Por mera precaución, los galenos del combinado azteca optaron por darle descanso al volante durante los duelos de preparación ante Gales y Escocia. No obstante, la recuperación no estaba del todo completa, por esa razón, Juan Carlos Osorio llevó a tierra prometida a Erick Gutiérrez, pues el medio de Pachuca podría suplir, en un momento dado, a Guardado.

Lamentablemente, el ‘Principito’ no llegó al cien a la máxima cita y tuvo que jugar infiltrado (inyección de antiinflamatorios) los cuatro partidos que disputó a lo largo de la contienda, de modo que estuvo 307 minutos resistiendo las molestias de la afección muscular que arrastró desde hace casi tres meses.

El Tricolor terminó siendo eliminado en Octavos de Final por Brasil, y lo cierto es que Guardado nunca exhibió la calidad y categoría que lo han llevado a ser uno de los futbolistas estelares en clubes como Deportivo La Coruña y PSV.

Con información de Récord