Para la familia Barban Ortega la tragedia del 19-S, a un año de sucedida, sigue siendo una herida abierta debido a la muerte de sus dos hijos, Gael de cuatro años y Geraldine de casi dos años. Es algo que dicen, no saben si lo superarán. En el aspecto material se muestran conformes luego de recibir una indemnización por parte del gobierno estatal, una casa por parte de la Sedesol, así como un apoyo económico de 15 mil pesos del Fonden.
El infortunio que vivieron por el sismo del 2017 les llegó por partida doble: un deslave a las orillas del río Atoyac en Jolalpan les arrebató a sus dos únicos hijos. Pero el sismo también los dejó en la calle, pues su casa quedó hecha añicos, por lo que tuvieron que resguardarse varios meses en la vivienda de un familiar.
En el aspecto material dicen estar conformes. No así en el aspecto moral, pues tan sólo recordar los hechos del 19 de septiembre pasado le genera un nudo en la garganta a Blanca Estela Ortega, madre de los dos menores, y enseguida las lágrimas humedecen sus mejillas.
“Ahí vamos… apenas vamos saliendo de esto, pero lo más doloroso es que ya no están los niños”, dice en entrevista con CAMBIO. Habla poco y prefiere no describir aquel mediodía del año pasado, cuando a las 13:14 horas el sismo la sorprendió lavando la ropa, sin que pudiera reaccionar de pronto se vio debajo de tierra, ramas de árboles y piedras la cubrieron y mataron casi al instante a sus dos niños, Gael y Geraldine, que estaban con ella en ese momento.
Alejandro Barban, padre de los menores, también se aflige por los hechos, sobre todo por lo que sintió su esposa cuando todo sucedió: “Yo no estaba ahí, ya llegué para sacarlos, pero yo no viví lo que ella sintió cuando todo esto pasó”.
Además, lamenta que su desgracia haya sucedido porque una tubería de agua resultó dañada y no la arreglaron a tiempo: “Mis hijos perdieron la vida por falta de agua. El presidente municipal no hizo lo que tenía que hacer. Mucha gente estuvo en el río, no nada más mi esposa. Yo me pongo a pensar y mucha gente lo dice, a lo mejor eso no hubiera pasado si el presidente hubiera estado atento a esto (arreglar la tubería), yo pienso que esto a lo mejor no llegaría, pero no podemos echar culpas, no sabíamos lo que iba a pasar”.
Lo material lo han ido recuperando
El padre de los niños narra a esta casa editorial que los gobiernos estatal y federal cumplieron sus promesas de apoyo. Recuerda también que dos días después de la tragedia tuvo contacto con el gobernador Antonio Gali, quien se comprometió a apoyarlos.
El gobierno estatal les entregó una indemnización de 90 mil pesos por cada uno de sus hijos, también apoyó con algunos gastos del funeral.
En tanto el gobierno federal, a través de la Sedesol, les construyó una pequeña casa de dos recamaras que les entregó unas semanas atrás. Asimismo, dice en la entrevista, le dieron una tarjeta del Fonden con 15 mil pesos.
Conmemoran el primer año con recesos, una comida y flores en el lugar del accidente
La familia Barban Ortega conmemoró el primer año de la muerte de Gael y Geraldine como lo marca la tradición de Jolalpan. Por la mañana acudieron a un costado del río Atoyac para dejar dos arreglos florales e igual número de veladoras en el lugar donde ocurrió el deslave, mismo que ya luce limpio, sin el árbol caído ni las piedras que se vivieron abajo con el temblor.
En su casa se preparó mole para todos los familiares y vecinos de la zona que acudirán a los rezos los siguientes nueve días. A ellos les ofrecerán una comida como es tradición, además, al noveno día llevarán cruces para colocarlas en las tumbas de los pequeños de cuatro y casi dos años de edad.
Arturo Rueda / Héctor Hugo Cruz Salazar
@nigromanterueda / @hectorhugo_cruz